A estas alturas ya debieras tenerlo claro, tienes dos opciones: o aceptas los hechos de una vez o sigues con la excusa "que tal o cual cosa no resultaron como debían porque sino las cosas hubieran resultado distintas".

Ya ves que ni la violencia cambia nada, algo que otros no hemos tenido que experimentar para saberlo, para eso existe la inteligencia que Dios nos dio.

O tú cambias o nada cambia. Y cuando hablo de tú es de todos, porque cuando obedeces una orden desalmada no sigas con la de la misa que fuiste amenazado.

O tú cambias o nada cambia.

Juegas a ser héroe pero no tienes las pelotas para desentenderte de una orden atroz.
Eres injusto pero exiges justicia.
No das respeto pero la quieres a cambio.
Abusas de decenas y les estafas pero te vuelves el demandante que esa minúscula esfera poderosa no abuse.
No compartes con los tuyos pero exiges que otros les den de comer.
Eres un oportunista pero no quieres que otros se aprovechen de ti.
Vives desperdiciando tu vida y después te victimizas con lo de: "nunca nadie me dio una oportunidad".
Dices que rechazas los atropellos a los que has sido sometido, sin embargo no te permites salir de ahí. Vives en una atmósfera que sólo te recuerda el atropello y vive de él.
Dices que detestas que se aprovechen de ti, sin embargo eres "carne fresca" para quienes te usan.
Y el listado sigue y sigue...


Sigue mintiéndote y verás hasta dónde la vida es capaz de hacerte entrar en razones. Después no andes con que la vida es injusta, la vida es tan justa como tú lo eres, te da tanto como tú eres generoso, te es tan contundente tanto como tú eres sincero contigo mismo.

Si quieres leche deja de ordeñar al toro y enfócate en ti, en quien debe cambiar, en cada uno, en cómo se queja en otros de lo mismo que hace en otra escala.

¡¡Quiero cambiar al mundo!! vociferas, ¡cambiate tú!, verás como todo comienza a caer por sí mismo como esas letras en cascada de las que hablas.

Pero, no lo harás. Prefieres hacer el personaje "del buenito inocente" y te la llevas representándolo para que otros crean tu síndrome de Munchausen, concebido del abuso de haberte metido por años la cabeza en la taza de baño y que ahora te guste hasta tomarte el agua.

Sigue en el cuarto de baño y vas a morir en él.

Alguna vez escuché una historia acerca de un naufragio, en que salvaron con el bote inflable.

Un hombre decidió hacerse cargo, mientras algunos gritaban y lloraban qué todos morirían, él tranquilamente seguía animándoles.

Gracias a que ese hombre se hizo cargo lograron sobrevivir. Así lo reconocieron todos, qué sino hubiera sido por su tenacidad hubieran muerto.

Al día en que transmitieron la historia se reunían todos los sobrevivientes excepto el hombre que los mantuvo vivos.

Lo entrevistaron y dijo el porqué: terminó agotado mentalmente con ellos y no quería volverles a ver en la vida, porque lo único que hicieron en toda la travesía fue quejarse pero no hicieron nada por ayudar y mejorar las cosas.

¿Crees que se gana el cielo por asalto?