Ven...
(plasma tu imagen inmortal)
En el lago ámbar de mis ojos
De frente...
(sin titubeos retóricos)
Allí donde una vez te perdiste
(casi irreversible) en el rojo de mi magia...
Siénteme...
Soy el susurro que en las noches vacías
Acaricia los espacios blandos
Que deja el eco de nuestras simetrías

Acércate...
(deja que tu piel hable en tu defensa)
Que sea el canto de tus manos
(el que descifre)
La huida y la vuelta
Tócame...
_y mientras lo haces_
...Dime que te deje...

Júrame...
(que tu vientre no me llama)
Y que ya mi lengua no te envuelve
Demuéstrame...
(que te soy ajena)
Que eres inmune a (_mí_) aura
Que mis besos no fueron más
(que un rojo _ espejismo)
Y que el paso de mi boca por tu cuello
No dejo huella
De temblor y de fuego

Convénceme...
(que no quieres hundirte)
En los arcanos movimientos de mis caderas
Y que los pináculos rosados de mis pechos
(ya no rondan tus sudores)
Que olvidaste el anhelo
(de verme perdida en tu entrepierna)
Y que la promesa de mi grito absoluto
No cautiva tus ansias más febriles
Mírame...
(con nuestros alientos entretejiendo)
La más densa bruma de deseo
...Y dime que no quieres que te sienta

Entonces... será allí
(donde la duda no tiene cabida)
Donde los paradigmas caen junto con los mitos
Donde el recuerdo no pierde su historia
Y el miedo se desviste lentamente
Cuando la grieta de mi pecho
(abierta para tu ausencia)
Sea la senda en la que verteré mis lágrimas
Cuando tus pasos se borren
De los mantras de mi espalda
Y mi sombra abandone
El remanso de tu sonrisa

Solo así... acabara este rito
Mientras tu halo se diluye
En el último llanto de mis muslos
Y nuestros besos emprendan la despedida
Con tu piel y la mía en duelo cerrado
(a quema ropa)
Cuerpo contra cuerpo
Sin promesas y sin testigos
_y veremos_
Quién gana este reto


…


(silente)



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