Down here, barely any light shines down.

Aquí abajo, apenas llega la luz. Pequeñas motas coloreadas de oro juguetean perezosamente, para finalmente desaparecer contentas e inútiles en mi cabello.

Aquí abajo no hay mucho de nada. Tan solo una silla, una ventana, la susurrante oscuridad, y yo. Quisiera que hubiera más. Quiero leña.

Aquí abajo. Aquí en el abismo. Aquí en esta medio-vida. Aquí. Yo. Un lugar que es sincrónico conmigo. Un lugar que soy yo. El abismo. Aquí.

Aquí, Yo, Soledad. Aquí, Yo, Dolor. Aquí, Yo, Oscuridad.

Aquí, yo.


Tu.
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Es siempre lo mismo. Puedo verlo, repitiéndose a través del éter. Ciclos incontables, batidos no-recordables de alas polvorosas.

Me da miedo ponerlo en palabras.

Cuando era niño quería ser entomólogo. Ahora se que el afán de estudiar insectos no era misantrópico, si no todo lo contrario. A look inwards.

Puedo verlo. repitiéndose. El batir de las alas, las ansias, el polvo en espirales que caen, el sonido como aspas diminutas.

Soy una polilla.

Tu eres la luz.
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Abismo llamase a si mismo el ciego.

Ciego en su oscuridad, no puede darse cuenta de los colores que le rodean. Demarcado por su falta de visión, no entiende la vibración visual que le rodea.
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¿Alguna vez se han sentido como un guerrero sin escudo?

¿Alguna vez se han sentido como un hombre blanco comiendo con palillos chinos?

¿Alguna vez se han sentido como si la vida les tentara con una oportunidad única, solo para arrebatársela sin consideración?

Alguna vez, me he sentido así.


Lo que siento ahora, este extraño dolor, esta falta de algo suave, a duras penas se compara.
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Las palabras importan, me dije a mi mismo.

Maldecí, hace unos días, cuando dije algo que no debía decir.

Maldecí, hoy, cuando repetí una y otra vez palabras prohibidas.

Mi mano calló sobre la mesa, haciéndola vibrar de furia, pero solo hoy. No hace unos días.

Si yo fuera un hombre sensible, mi mano hubiera caído sobre mi cráneo hace años.

Si yo fuera un hombre con el más mínimo sentido común, mi mano no hubiera caído sobre nada.


No soy ninguna de estas cosas, sin embargo, y mi mano ansia caer sobre ti.
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Se que estoy delirando. Duele, delirar. Duele ver todas estas ilusiones flotar en mis ojos.

Duele. Dolor. Duelo.


Duelo por algo que muere entre mis manos. Duelo, más que todo, por mis manos entumecidas de frio, que ya no saben tocar.


Duelo, por el espacio que crece y crece, sin dudar.


Duelo, espada en ristre, pistola al aire, sudando sin llorar.
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Hoy me pintaste las unas.

Sonreí.

Ayer me ofreciste parte de un sanguche de queso.

Hace unos días, te reíste en mi cara y a duras penas pude contener las ganas de besarte.

Hace una semana, casi te congelas y de hecho te sonrojaste hablando con esa muchacha que te gusta.


Todos los días, todo el tiempo tu, luz, luz, luz.

Calor, calor, calor.

¿Que derecho tengo, ah?

Que maldito derecho...
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La quiero. No, la deseo.

Algo, tan solo un beso, una negrura táctil, un puñetazo de labio a labio.

Lo que sea, me calmaría.


No vendrá.
No vendrá.
No vendrá.

Las palabras tienen poder.
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Traduce algo más o menos así:

Estoy feliz de que estés aquí.

Siempre hay baile en tus pasos.

Quisiera poder decirle a alguien acerca de ti.

Contigo quiero compartir mis sueños.

¿No piensas que es increible que existamos al mismo tiempo?

¿Que podamos ver el uno al otro?

No tan solo feliz de poder verte desde primera fila.

Estoy feliz de que existas.


"Sä Oot Olemassa"
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