Han pasado los meses sin lamentar el cambio.

Nunca retorne al terruño que un día de mayo partí sin mirar atrás.

Allí quedaron infinitas vivencias que nunca se volverán a suscitar.

Pero viajan en mi nutrida memoria.

Son imágenes a todo color.

Tienen música, risas, llantos, gritos, sus pasos.

Las sonoras carreras en el parque queriendo atrapar las luciérnagas.

Las noches buenas hallando regocijados en el cielo el trineo de Santa Claus.

Salpican en mi memoria la guerra de agua en la pileta.

No tiene un motivo volver al barrio.

Si al irme me traje el caudal más valioso.

En la mudanza no ocupaba lugar.

Los memorables recuerdos serán mi secreta riqueza.

“Intransferible”

Están prolijamente acomodadas para rememorar.

CAL.COR