GRACIAS... A TODES QUIENES HAN SALIDO A LA CALLE SIN PARAR. POR TODES NOSOTRES.

AQUÍ UN GESTO EN PROCESO.

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200 ríos de sangre se escurren por mis manos
Cuando ya no pueden "ver".

Más de 5 mil dolores contraídos tras rejas inanes.

Me refugio. Cierro los ojos. Siento tanto dolor.
Y aunque me retuerzo en el suelo no puedo sanarlos.

Porque no son mis ojos, no son mis manos, no es mi capucha.

Pero sí son. Porque mi corazón los amalgama,
Los ama,
Los agradece.
Cuando (maternando) resisto en la misma furia.
Esa que produce la injusticia.
La hora triste que hace germinar un canto que es grito
Que busca ser eco,
Hasta los confines de esas montañas que nos separan.

Este tejido fracturado que se reconstruye,
lleno de luceros que han brillado hasta morir.

Cómo agradezco estar aquí.
Queriendo que ese pozo sediento llegue a nuestro mar.
Mar de gente, mar de dignidad, mar de amor.

Tanto ha muerto, tanto debe seguir muriendo,
Para volver a levantar a este pueblo herido.

Dirán en secuencia otras veredas latinoamericanas,
que "no teníamos nada por lo cual quejarnos".

Diríamos nosotros que esta calma aparente
Nos mataba a diario el sentirpensar.
Ahora los canales áridos están llenos.

No dejaremos de fluir en consonancia.
Aunque la resonancia suene tan confusa,
Aquí todo es armonía, si se presta suficiente oreja.

Porque nada más verdadero hay,
Que un país entero que se debe a su memoria.
Que quiere derrotar al abandono y la marginación.
Que quiere abrazarse.

Cuando recordamos y honramos a nuestres caídes.

Nos torturarán, violarán, asediarán, perseguirán, matarán.
Pero no nos detendrán.

Hasta que el tiempo ya no tenga tiempo.

"Hasta que la dignidad se haga costumbre".