Inicio / Cuenteros Locales / Clorinda / El conteo
Era fácil contarlos. La cuenta, en todos los casos debía dar diez, pero como se movían tanto en el agua decidió realizar el conteo agrupándolos según el lugar que ocupaban en el balneario. Estaban todos relativamente juntos, tal como les había recomendado, para no perderlos de vista.
A la orilla, cuatro; al centro, tres; otros tres, más aventurados, un poco más alejados, cerca de la señalización de peligro.
Todos sabían que por ninguna causa, debían sobrepasar esa línea y, si era posible, no acercarse demasiado al límite, por el peligro al que se arriesgaban inútilmente. No era necesario repetírselo tantas veces, pero sin embargo lo hacía, aunque ninguno se aventuraba a tanto.
—No se alejen que el mar está bastante encrespado. ¡No se confíen! ¡No se olviden de lo que pasó hace unos años! —les increpaba constantemente.
Nunca se supo realmente qué había sucedido, pero hacía ya varios años un niño integrante de un contingente similar había atravesado la línea permitida, y al poco desapareció, sin que jamás se haya sabido más de él.
Sobrevinieron en aquel entonces rastrillajes de todo tipo, con resultado negativo, por lo que, en medio del horror por la tragedia, se suspendieron tales excursiones, considerándose maldito aquel lugar, y no faltaban anécdotas de gente que había visto al niño bañándose en los alrededores, lo que, por supuesto, nunca pudo comprobarse. Es más, formaba parte de una leyenda urbana, sin ningún asidero.
Volvió a contarlos. Cinco mas cuatro mas uno son diez. Todo estaba bien.
Cuatro más tres mas dos son nueve. El otro se había zambullido. Todo seguía bien.
El cuidador no podía distraerse. En su cabeza resonaban las recomendaciones de los padres pidiéndoles que por favor no se descuidara, considerando lo inquietos que suelen ser los chicos.
Pensó en calmarse pero las cuentas se sucedían en su mente a medida que los niños se deslizaban en el agua: cinco mas cinco, diez; seis mas cuatro, diez; tres mas tres mas cuatro, diez.
Se estaba poniendo obsesivo.
Un poco cansado, desvió la mirada hacia el mar, algo embravecido detrás de la valla. Se sobresaltó al ver la inequívoca figura de un niño que braceaba. Enloquecido se volvió para contar: dos mas tres mas cinco son diez. Estaban todos. Pero ¿Qué era lo que había visto? Seguramente era su obsesión. Ahora no se veía nada de eso, y el mar estaba calmo. Se tranquilizó.
El sol le avisaba que era hora de regresar. Volvió a su conteo:
—Cinco mas seis, once…; cuatro mas cuatro mas tres once…; siete mas cuatro once… Pero... ¿qué estaba pasando?
Ahora los niños eran once...
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Texto agregado el 08-11-2019, y leído por 286
visitantes. (14 votos)
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Lectores Opinan |
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12-07-2020 |
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¡Buenísimo, buenísimo y buenísimo! felicitaciones, de lo mejor. Un desarrollo atrapante, con una obsesión contagiosa y un final a puro realismo mágico; el mar devolvió a ese chico que había pedido prestado por algunos años (¿ lo habría convertido en sirenito ?) hgiordan |
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10-11-2019 |
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Un breve e intrigante cuento de suspense. Sin duda el niño que apareció fue el perdido, queda en el lector pensar en donde estuvo, que le habría pasado...algo paranormal, seguro. Muy bueno. Felicitaciones. 5* dfabro |
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08-11-2019 |
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Redondito, no le falta ni le sobra nada. Un final excelente; te felicito, Clorinda. glori |
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08-11-2019 |
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Uffff... me puse muy nervioso. Me gustó. Marcelo_Arrizabalaga |
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08-11-2019 |
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Genial, que buena nueva!!!! Como siempre un trabajo exquisito en toda su extensión, final inesperado y una tensión a lo largo de la historia. Me gustó. Saludos! mitsy |
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08-11-2019 |
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Qué bueno Clorinda... volvió el desaparecido o el conteo ansioso lo hizo ver lo que no era?. Me gustó, te felicito ricky1811 |
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08-11-2019 |
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¡¡Muy bueno!!
El misterio y la imaginación del lector trabajando a mil. Felicitaciones.
5* giovana22 |
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08-11-2019 |
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Bien. bueno, corto y zas, nos tienes de las orejas. Gracias por compartirlo Abrazo y rosas. sendero |
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08-11-2019 |
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¡Excelente! Sentí la tensión avasalladora de la historia narrada. Me fascinó el estilo de esta narrativa; es como un oxímoron: simple y complejo. Te felicito. Te abrazo full, bechines. Te quiero y admiro tu talento. SOFIAMA |
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08-11-2019 |
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Mirá, es así nomás cuando se tienen varios para preservar de algún peligro. Si lo sabré cuando debo salir y quiero ver si están todos mis gatitos o alguno se quedó encerrado en algún lado, jajaja...
Me encantó!!! MujerDiosa |
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08-11-2019 |
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Felicitaciones, me helaste. Un abrazo, sheisan |
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08-11-2019 |
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¡Caramba! ¿Habrá sacado a los once? Pobre tipo, ya se estaba volviendo medio loco, para que encima le aparezca un fantasma. Posiblemente cambió de oficio después de eso. IGnus |
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08-11-2019 |
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Uy... Obsesivo texto que me comunico desesperacion. Yo hubiera sacado a todos los niños... Je... Los once... Cinco aullidos contando steve |
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08-11-2019 |
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—Muchas veces el mar puede ser traicionero, pero también muchas veces nos brinda su generosidad. Muy buen cuento, tanto en forma como en fondo. —Un abrazo. vicenterreramarquez |
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08-11-2019 |
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Me encantó , lo hiciste muy interesante.
yosoyasi |
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08-11-2019 |
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Me encantó.
Esperaba que escribieras porque al leerte me voy con una hermosa sensación.
Cuando sucede algo así,es muy posible que nos pongamos obsesivos.
El final me dejó reflexionando*****
Un fuerte abrazo
Victoria 6236013 |
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