Quien gusta de la violencia siempre considerará que su acción está justificada.

La presentará como un medio y no como el fin que es: de violencia para degustarla.

Lo que sucede es que si se muestra sin adornos no lleva justificación alguna y si se declara abiertamente su ejercicio te convierte en un sujeto de cuidado.

Los violentos son héroes sicópatas de su propia novela de terror, tal como lo sería un asesino serial pero sin las pelotas necesarias.

El asesino serial aún así tiene miedo que terminen sus operaciones, pero el violento más; por eso embellece su fealdad entre tules, sedas y estrofas helénicas.

Su gusto por la violencia es cobarde, pues tiene que convencer a los demás que es sana y totalmente natural para poder ejercerla.

Como Nerones, cobardes de las consecuencias de sus propias acciones insanas para su propia autosatisfacción; buscan a quien cargar la culpa: proclamándose hoy "defensores de los que no tienen voz".

Nada se ha de conseguir de sus manías.

Se ha restado a un país, a su mirada de futuro, gente que ha perdido lo que ahora le sostenía y a otros. Gente que huía de pesadillas, que ahora siente le persiguen no importando donde vaya. Gente con la preocupación de conseguir los alimentos para sus hijos y que sólo quiere que esta locura se detenga.

Y hay gente que sabe de dónde proviene todo, por algo la palabra usada es "Estallido" y no "Movimiento", sabe que esto no nace de la gente sino de aquellos que nunca lograrán vencer en una votación pues sólo prometen esas pesadillas de las que otros huyen.

Aquella "normalidad" que tanto aborrecen, es aquella que destaca sus cobardías, pues acentúa su gusto por aquellas cosas que los demás rechazan.

Y las rechazan porque sus preocupaciones son otras, porque viven para esas "familias normales"; con hijos que no quieren que mueran al doblar la esquina, ni por defender intereses de particulares que se quedan frente al calor de la chimenea, ni para que se les convenza que son un misil que nació para morir por una causa extravagante, ni para que gente mañosa les haga creer que aún no viviendo en la jungla tienen que aceptar mansamente ser alimento de depredador.

¡No!, quiere que sus hijos tengan vida para tener experiencias, entender, conocer, madurar, para adquirir más responsabilidad y hacerse sabios y sobre todo para que tengan vida para si yerran puedan corregirlo, para que puedan pedir perdón si ofenden o causan daño, para poder conocer lo que es ser feliz y sentirse pleno.

Los sueños de la "gente normal" son ambiciosos.

Si hubiera un "Movimiento" en esto sería todo diferente, no habría ataques a la mesa de quienes dice defender, porque no hay perro fiel que ataque a su propio amo, ni quienes puedan llamarse padres que para conseguir un televisor le quiten el alimento a sus hijos.

Lo que quiere la gente común es un mejor futuro para su prole, que no sufra lo que ya sufrió, que no carezca de lo que no tuvo, que no le falte el entendimiento sobre aquello que le hizo caer. Como todo padre, madre o Creador vuelca su amor sobre su obra.