En mis ojos duermen lágrimas tristes
mis manos se han vuelto piedras quietas
mis pies ya no dejan huellas.
Si algo en mí está lleno es el vacío
he borrado todo rastro social de mi existir
y hasta mi rostro se me ha vuelto extraño.
En el amanecer de mi vida se instaló en mí la tristeza
siempre corrí tras mariposas inalcanzables
me enamoré de muchachas que me ignoraron
y el único abrazo que viví fue el de mi madre.
Hice de las lágrimas mi modo de hablar
en mis orejas hicieron nido las ratas
y de mi boca salieron palabras negras.
Refugiado en un círculo no mayor a mi yo
me vine haciendo un solitario sin bandera
sin militancias ni religiones
relegado a vivir tras las rejas de mi propio cuerpo.
Texto agregado el 27-10-2019, y leído por 78
visitantes. (5 votos)
Lectores Opinan
22-12-2019
Uyyy,como somos de distintos los seres humanos.
Si te conviertes en ostra voluntariamente digo,porque yo,me vierto y me acerco al mundo,sin poder evitarlo.
Yo creo me moriría en un segundo si por esas cosas de la vida me viera privada al acercamiento...
*****
Un abrazo
Victoria 6236013
28-10-2019
Qué lástima que en el amanecer de tu vida, se instaló con tanta fuerza la tristeza !!! Pareciera que los más bellos poemas, nacen de un desgarrado dolor. Mis***** Entredoscielos
28-10-2019
Un ostracismo voluntario, cuando los sueños son inalcanzables y se pierden las fuerzas. Triste final *5 pastorga
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