Por las hendijas de la persiana se va colando el alba.

Al estirarme somnolienta veo los sombras, las luces de mi dormitorio.

El piar de los plumiferos que habitan el árbol de palta entonan sus acordes.

Despertar bajo este adorable espectáculo con música propia.

Está experiencia es un disfrute que sencillamente eleva el alma.

Con lentitud dejo pasar al día que invade dominante mientras tiendo mi lecho.

Emociona elegir la ropa cuando el broche final son unas gotas de perfume.

Esa esencia que me hace sentir completa.

El aroma me acompaña con delicadeza sintiéndome diosa.

“Es tan sutil como la seda”

Irreemplazable como el aire que respiro.

Insustituible como el agua que riega mis plantas.

Bálsamo de fragancias que deleitan mi intimidad.

CAL.COR