Éramos dos compañeros en servicio militar obligatorio que disfrutábamos de vacaciones. Viajábamos por tren en España. Paramos en una estación al Este de Madrid donde tendríamos que abordar otro tren hacia nuestro próximo destino.
Se nos informó que no sé por que razón sería una espera de tres a cuatro horas. Una de las meseras del restaurante nos sugirió que fuéramos a visitar el castillo, que estaba al otro lado de la colina, no había mucho calor y para jóvenes era una relativamente corta caminata.
Tomamos su consejo y al llegar ¡Que sorpresa! Era el Castillo de Medina del Campo, castillo en que muriera hacía unos cuantos años la Reina Isabel la Católica. En el camino se nos unieron dos muchachos de unos diez o doce años. Al cabo de un rato uno de ellos me dijo:
-“Ándele señorito ¿No me da una perra chica?”
Primera y única vez en mi vida que alguien me llamaba “señorito”. Además no tenía le menor idea de lo que era un perra chica. De modo que…nada hice ni le dí y seguimos nuestro camino. El castillo fue una agradable experiencia y en esos días se usaba como una clase de escuela para señoritas. Franco aún vivía.
No fue hasta que aquí en Los Cuentos que Almaguerrera me explicó lo que era una perra chica y que también había una “perra gorda”. Monedas de 5 y 10 céntimos de peseta.
Este incidente me lo recordó una película que vi en la televisión anoche, muy exitosa en sus días fue filmada en España en 1959 y la principal actriz fue Sara Montiel quien cantó dos o tres veces el tema de la película “La violetera”….
“Cómprelo usted señorito que no vale más que un real
Cómprelo que está bonito pa’lucirlo en el ojal….” Etc.
¡Qué película tan bonita! ¿Y la música? …”Es mi hombre”, “Agua que no has de beber” “Frou frou”, “El polichinela” y otras más cantadas por mujer tan bella.
Tengo aún un disco ‘long play’ de ella que compré Dios sabe cuando. Lo escucho mientras escribo ésto.