Mis palabras resbalan como cascada de agua. Cual será el misterio que los haga reaccionar. Nada alcanza para que se den cuenta de lo que se están perdiendo. Esas experiencias que a raudales se las lleva el tiempo. Mis queridos tozudos ruego que los años no les esfumen sin zanjar, “las diferencias que los separan” En el instante que sus disputas dejen de tener importancia. Cuando comprendan que el tener razón no es lo crucial. Algo sucederá con los hecho valioso que están malgastando. “Espero no tarden mucho” Ese encantador espectáculo no me lo quiero perder. Imagino un abrazo entre los tres. ¡Rociados por lágrimas dulces de felicidad! Sería el supremo regalo. CAL.COR
Texto agregado el 16-10-2019, y leído por 144 visitantes. (5 votos)