Pocos países del mundo tienen tantas fiestas, celebraciones, carnavales, verbenas, corridas, pasacalles, procesiones, desfiles y jolgorio en general, para rezar, para bailar, para jugar, para comer, para retozar, este dispendio de alegría es nacional, como diría un poeta:
“vagar hoy
Mañana fiesta
Buena vida es esta.”
Cuentan que los Latinos hacían sus fiestas en honor a Saturno, los Moros en favor de Ala, los Celtas en pro de sus divinidades, los Judíos con su Rosh Hashanah.
Empezamos con la celebración del primer día del año que empieza el último día de diciembre, luego la segunda semana de mayo día de la madre y cada cuarto domingo del mes de julio el día del pisco, nuestra bebida nacional, un licor peruano tan viejo como la conquista; hay fiestas históricas como la del 18 de enero día de la fundación de la ciudad de los reyes Lima, el 7 de junio día de la bandera y la batalla de Arica, el 28 de julio día de la patria, el 6 de agosto batalla de Junín, el 8 de octubre día de la marina y el combate de Angamos, el 12 de octubre día de la raza; pero la mayoría son religiosas pero las más importantes son las de Santa Rosa de Lima y la procesión del Señor de los Milagros, pues es una manifestación de fe impresionante, domina, seduce, oprime y enamora el contemplar a una muchedumbre que invoca a Dios, conmueve con irresistible fuerza y honda ternura, como dice una poesía de Carlos Amezaga:
De innumerables voces se oye el piadoso canto
En que hay gritos de júbilo y hay temblores de llanto
Viento de mil conductos que se resuelve en notas
Nubes de angustia humana que se deshace en gotas
Onda magnificada, sonorosa tormenta
En que el calor del alma toda pasión revienta
Tu morisca valencia nada vale en colores
Junto al pueblo limeño, hay casi los mejores
Tipos de blanco y negro, del indio y rojo bayo
Del Japón, de papua, del chino y del malayo
Ojos de veinte clases, muchos pelos distintos
Y en injerto y prosapia, todos los laberintos.
En la ruta de la procesión fuentes de viandas criollas, parrillas donde chirrían los choncholines y los anticuchos, cajas chinas donde se fríen los chicharrones, mas allá los picarones y los turrones de doña pepa, profusión del color morado y mucha concurrencia de gente.
El pueblo condensa todo el sentimiento religioso de siglos en unas horas que invaden plenamente la vida urbana, en nuestras provincias hay más fiestas que municipios de los santos patrones, esplendor, alegría e imaginación popular caracterizan las grandes celebraciones festivas que jalonan el año, teniendo al pueblo llano como protagonista y como espectador.
El Perú es una fiesta interminable que empezó hace siglos, las fiestas son una herencia cultural, propia de nuestra vitalidad, se sucede en lugares y estaciones de nuestras tres regiones naturales, costa sierra y selva, sin apenas interrumpirse, por lo que el turista siempre encontrara el momento propicio para asistir a algunos de estos fenómenos mágicos y espectaculares; las corridas de toros en la plaza de acho, sus famosos encierros taurinos y su masiva participación popular han dado la vuelta al mundo; la navidad cierra el ciclo festivo y tiene particularidades en cada provincia, cualquier disculpa es buena para que siga la fiesta.
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