Toc, toc, toc, toc
Del otro lado de la puerta una dulce voz preguntó:
- ¿Quién es?
Toc, toc, toc, toc
Quién estaba tocando no quería hablar, solo tocar, tocar, tocar y tocar.
De adentro volvieron a preguntar:
- Quién es, responda o llamo a la policía.
Quién estaba tocando respondió:
- ¿Está caperucita?
Adentró se escuchó un forcejeo, luego un jadeo, después unos gemidos. Al final un breve silencio.
Pasaron tan solo tres minutos y nuevamente toc, toc, toc, toc.
De adentro una voz gruesa preguntó:
- quién es, hable o llamo a la policía.
De afuera volvieron a preguntar:
- ¿ Está caperucita?
De adentro contestaron:
- Estaba, me la acabo de engullir.
Quien estaba afuera, dijo:
- Mierda, se me adelantaron |