Leer a Teillier
y navegar por rincones de tristeza
me transportan a La Ligua,
tierra que recorrí de la mano de mis hijos,
de tu mano, antes que partieras
y me quedara oscura y estrellada
en el mundo paralelo de la angustia
y las ventanas rotas.

Leer poesía me muerde las entrañas
y me vuelvo mágica en medio del silencio
y las palabras,
porque era el mundo
que sostiene aún
estas ganas de volar
y encontrarte a la vuelta de la esquina,
en medio de las plazas
y desaparecer para siempre
contigo en esta última noche.

Leer poesía y devorar el verbo
me vuelve bruja,
se anudan a mi cintura ángeles y demonios
que ríen confundidos
y el aire de esta casa grita
que quiero verte
y derramarme en tus mejores besos
para odiarte porque te fuiste,
porque te sueño
y abro los ojos para tenerte
y toda la poesía se mete entre mis huesos...

FATAMOGANA
Patricia Lara Arriagada