Hemos creado un fascinante mundo virtual
y cual Quijotes reactualizados
nos hemos entregado al trabajo enfermizo
de una lectura desmedida, afanosa y febril
para ver pasar el tiempo sin salir del lugar.
En cuerda enajenación salimos
en busca de un ideal pre-idealizado,
una ansiada fantasía fraternal, intima
que a la vez que nos une, nos segrega,
aprisionados en una pantalla que no nos refleja.
Como caballeros andantes
escapamos de nuestra realidad
y huyendo de nosotros mismos
invadimos otros espacios, otras visiones
en un errático y alucinado viaje
intentando salvarnos del mundo.
Armados de agudos consejos,
en mesiánica misión partimos,
adarga antigua e insensata razón,
para vencer nuestros propios delirios
y crear nuestros propios molinos.
Abanderando tan formidable ejército,
en un siempre creciente número,
tan grande como nuestra soledad,
levantamos estandartes de victoria
reducidos a dedo arriba y manos aplaudiendo
Una opinión refleja y solidaria
que como redentora propina dada,
exenta de profundos pensamientos,
nos auto complace, nos obsesiona
y termina por convencernos.
En oscuros lugares de nuestra mente
de cuyo nombre no podemos acordarnos
no hace mucho que vivía un ser libre,
dueño de sí, extrovertido, galante y cabal
que creía en sí mismo, sin aditivos.
Cambiamos nuestros sueños y deseos
ante una imprevisible puerta abierta,
nuevo mundo falto de atentos escuderos
que escuchen, con el corazón abierto
la razón de nuestra sinrazón, a nosotros.
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