La tarde se recuesta en el alero de la ventana
Suena la canción de la lluvia en el tejado
La noche se aproxima velozmente
Me envolveré con su traje azul para buscarte
Una vez más, con esa porfía mía
Y cruzaré la ciudad de un extremo a otro
Escuchando como golpea el sendero metálico el tren
Juego de espejos
De reflejos y recuerdos que se superponen
Ora entrando raudos a un hotel discreto para jadear de placer
O caminar sin rumbo por avenidas atestadas de ambulantes
Ah, ruleta de la vida
Parecías el pleno absoluto
Treinta cinco veces más otras treinta cinco
De copular contigo hasta la madrugada
Hasta que al fin descubrí
Que tu segundo nombre era Soledad
Y que no te morías de amor por mi precisamente
Texto agregado el 01-10-2019, y leído por 119
visitantes. (5 votos)
Hasta que al fin descubrí
Que tu segundo nombre era Soledad
Y que no te morías de amor por mi precisamente.... Excelente desenlace!
Odette
02-10-2019
Hermoso poema, con muchas imágenes y sonidos, que a medida que lo iba leyendo, fueron llevando a mi imaginación, a los lugares que describes en él. Mis ***** Entredoscielos
01-10-2019
Me gustó eso de envolverse en traje azul, muy bien. Saludos desde Iquique Chile. vejete_rockero-48
01-10-2019
Muy bueno!!. Felicitaciones Poeta. Magda gmmagdalena
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