Y esa neurona tesonera y rebelde que se niega a olvidarte, esa memoria antañona que guarda con ternura todo lo que sucedió en aquellos años en que viajaba por la vida sin documentos, esa risa tuya, que hacía que brotaran flores en la casa…
El Chele.
Texto agregado el 30-09-2019, y leído por 138
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