Tu imagen me incita provocando que hormigueen mis dedos.

Cada linea cada curva me desboca un deseo incontenible.

Esa piel expuesta reclama mi atención.

Necesitan de mis caricias pidiéndolas sin palabras.

Sus reclamos se hacen sentir.

Al ver sus cuerpos expuestos , entrelazados me motivan.

No puedo pasar a su lado sin hacerme cargo de mi deuda.

“debo terminarlo”

No es la timidez los que los pone inquietos.

Muestran las ondas, los montes, las planicies con descaro.

Sus siluetas sin rostro gritan que los siga pintando.

Los pinceles de su caja asoman sus pelucas despeinadas.

El bastidor me persigue por la sala el comedor.

El caballete lo lleva a cuestas sirviendole de guía.

“No me hostiguen más”

Me gustan los días lluviosos para pintar.

El agua al caer me animan a recorrer los valles, escalar los picos.

Destapar los oleos desparramando colores en la paleta.

La música con sus acorde cree la magia animando a los pinceles a ser osados.

Darle vida a esos cuerpos exhibidos revelando su exquisita naturalidad.

CAL.COR