Todo sucede en la provincia de Buenos Aires, una pareja con dos niños resuelve comprarles una perra de raza, si con perdigue y todo.
Llego el día en que la mamá junto a los niños fueron a buscar a su perrita con papeles, era una Shishu muy bonita, el entusiasmo de los niños paso pronto entre tantos pis que Clara regaba a lo largo y ancho de la casa, ellos se turnaban por limpiar sus indiscreciones bajo la atenta mirada de su madre.
El tiempo gran amigo de Clarita, aprendió a no hacer de las suyas dentro del hogar, los niños jugaban con ella como si fuera uno más de la familia. Los meses han pasado sin que tuvieran en cuenta que Clarita que era una perrita muy normal, al descuido de sus compañeros de juegos se enamorara perdidamente de un Caniche Toy, solo se dieron cuenta que su perrita estaba muy panzona, a fines de febrero los niños junto a sus padres se fueron de vacaciones, el veinticuatro de ese mes, una noche de tormenta nacieron seis perritos, de los cuales solo sobrevivieron cinco. De está camada nací yo, soy la mas pequeña con una manchita negra en el lomo, me han llamado Brisa, era muy chica cuando me llevaron a mi nueva casa, me crie al cuidado de Rabito un perro que me cuida como si fuera mi papá, duermo sobre su lomo y con el paso los días. donde va ahí siempre me encuentro yo, me como su comida, soy muy tragona , él me consciente, todo me lo perdona, afilo mis dientitos con sus patas en tanto dormita desparramado en la galería. Las aventuras han sido muchas las que hemos compartido, rodeados de los niños que vienen a jugar a esta casa, el jardín es muy grande, yo corro los pajaritos que si se descuidan caen entre mis garras. Hoy soy una perrita adulta, mi papá Cocher hace años que se fue para no volver jamás. Me sentía muy sola pero un día sin que yo lo esperara apareció una perrita muy chiquitita, me entere escuchando las charlas que es mi hermanita, Clara a tenido de nuevo perritos, como soy la adulta me encargo de cuidarla yo. Ella me sigue por todos lados, duerme apunchunada a mi, que les puedo contar de ella que se llama Jade y es muy traviesa, por eso la debo corregir más de una vez. A medida que el tiempo transcurre veo que ella es el doble de mi tamaño pero eso no es un impedimento para enseñarle quien manda en casa, la mayoría del día jugamos incansablemente, corremos pajaritos, competimos con las pelotas que mamá suele tirarnos, una noche buena mientras estaban los niños en casa Jade se escapo a la calle su accidente fue eminente, por más que la cuido mamá humana una tarde se la llevaron dormida para no regresar. Este fue el motivo que para no me sintiera tan sola me dejaron dormir adentro, en el sillón de tres cuerpos me desparramaba cada noche. Al llegar el amanecer salía a correr feliz por el parque, en el me esperaban las palomas, los gorriones, los picaflores, las chillonas cotorras que se comen los higos, las calandrias peleadoras, algún ruiseñor que suele enamorar con sus trinos Mi vida es perfecta nací libre y me encanta serlo, es un disfrute que nada lo puede igualar, más cuando algún gato se sube a los troncos de los pinos, me paso ladrando sin descanso a los pies del árbol no dejándolo bajar. Se me erizan los pelos del lomo de indignación, gatos apestosos, que se creen entrometerse en mi mundo, es mi casa.
En mi entorno veo que están sucediendo cambios importantes, los sillones ya no están más en el livin, debo dormir en una colchoneta, ¡que fastidio!, las cajas invaden la casa, una mañana muy temprano en brazos me traslade a una nueva casa, el patio es pequeño, no tiene pasto, ¿donde estarán los árboles?. Las macetas con las plantas han ocupado cada rincón disponible, los sillones del jardín también los han traído, me desparramo en uno de ellos mientras observo todo el movimiento de cosas.
Nuestra vida a sido modificada, se que si salimos debo ponerme la correa, nada de carreras, muchas vidrieras que mirar, la plaza esta llena de árboles, los pajaritos deambulan sin intimidarse por mi presencia, eso no me agrada pero el caminar por el césped es un placer en mis patas. Se que soy una perra de ciudad, que si no se me escapa nada en la sala mamá me saca a pasear, la gente me acaricia al verme, compañeras de caminatas, su la hija peluda , nos peleamos pero nos queremos cada día un poco más.
CAL.COR |