Quisiera poder abrazarte y sentir que estas conmigo.
Quisiera poder sentir calor, de tu mano petrificada.
Quisiera mirarte a los ojos y no ver la lejanía,
el temor cierto de haber perdido tu mirada.


Estas de a poco perdiendo el corazón.
La mirada vacía y la sonrisa extraviada
en interminables momentos de espera.
Como en una bella casa antes habitada,
en sonrisas futuras de sueños despiertos,
recuerdos de risa y una que otra carcajada.


De que me sirve en la cama tu frío cuerpo,
ahora que el calor descansa en otro lecho
De que me sirven las caricias cansadas
en latidos hastiados de tu apagado pecho.
Copia burda de tibias noches pasadas
burla latente de otras caricias apasionadas.


¡Por mi esta bien! Puedes llevarte tu cuerpo
arrastrarlo contigo hacia el ardiente deseo.
Pago necesario de esa traicionera pasión.
¡Solo te pido! No dejes conmigo caricias fingidas,
Llévate contigo la falsa humedad de tus besos,
insoportable tortura del doloroso consuelo.
Que golpea y rompe estos frágiles huesos.