Le he preguntado a mi consciencia
si es la prudencia su talón de Aquiles
o es su excusa o justificativa
para no seguir adelante y callar.

Le he preguntado a mi pasado
si a él le debo alguna cosa
que hoy deba saldar sin falta
para después seguir adelante sin parar.

Le he preguntado a mi juicio
si debo subsanar antes algún equivoco
error o fatal desacierto,
para saber qué camino debo seguir..

Le he preguntado a mi silencio
si me anda ocultando algo,
algún secreto que yo no deba saber,
para protegerme de mi mismo.

Le he preguntado a mi reflejo
si él se espeja en mi para vivír,
soy yo su modelo inspirador,
para discernir lo correcto y lo no.

Le he preguntado a mi voz
si debo alzar mi grito,
cuando todos se callan,
para ser leal a mis principios.

Le he preguntado a mi arrogancia
si es de mi carácter ser altanero,
respondón e inconsecuente,
para aprender así a tratar conmigo.

Le he preguntado a mi fe
si debo creer en las revelaciones,
avisos o sabios consejos,
para encontrar mi consciencia

y no he encontrado más respuesta
que una aporética sin fin,
la pregunta a mi pregunta,
la eterna duda
que me hace seguir adelante.