BIOMASA A PARTIR DE RESTOS HUMANOS Y ANIMALES
POR SEBASTIÁN TAMAYO, ESTUDIANTE DE MEDICINA, Y LEANDRO AUDE, ESTUDIANTE DE DERECHO.
INTRODUCCIÓN
A primera vista, la idea de utilizar restos humanos y animales para producir energía puede parecernos desagradable. No obstante, si la analizamos bajo una lente más objetiva y profunda, veremos que, no sólo no es tan descabellada, sino que puede ser de gran beneficio para toda la comunidad.
TRASFONDO MÉDICO-LEGAL
El artículo 1, inciso 1, de la ley 14.005, en la redacción dada por la ley 18.968, establece que “Toda persona mayor de edad que, en pleno uso de sus facultades, no haya expresado su oposición a ser donante por alguna de las formas previstas en el artículo 2° de la presente ley, se presumirá que ha consentido a la ablación de sus órganos, tejidos y células en caso de muerte, con fines terapéuticos o científicos.“
La Facultad de medicina recibe cerca de 80 cadáveres al año. Un porcentaje de los mismos podría destinarse a la producción de biomasa, en todo o en parte, especialmente en los casos en que no fueran reclamados por los allegados del difunto.
TRASFONDO HISTÓRICO-CULTURAL
Hasta no hace mucho, la cremación de cadáveres era considerada un tema tabú. Fue con la progresiva escasez en la cantidad de parcelas disponibles que la sociedad comenzó a pensar en disponer de los restos de sus difuntos de forma más pragmática.
Sophie Churchill, fundadora de The Corpse Project, cuenta que en el Reino Unido fue taboo hasta los años 50. “Todas aquellas cosas que consideramos costumbre o tradición tienen hábitos de cambio”, dice John Troyer, “Y la gente está sorprendentemente abierta al cambio.” Troyer trabajó con el condado de Redditch en Worcestershire para explorar la posibilidad de calentar una de las piscinas locales con energía reciclada de un crematorio cercano. “La gente estaba más reacia al costo que a la idea misma.”
"El punto central de esto es que nos estamos quedando sin espacio y eso es lo que realmente está impulsando algo de esto", asegura Kartik Chandran, Profesor Asociado de Ingeniería Ambiental y de la Tierra en la Universidad de Columbia, y uno de los nombres detrás del proyecto deathlab.org.
La forma en que vemos el cuerpo está cambiando. Solía ser un precioso artefacto, y para muchos aún lo es, pero hay también un sentimiento creciente de que nuestros cuerpos tienen un gran potencial para ser útiles luego de nuestras muertes. En cierto sentido, dice Troyer, es de lo que la donación de órganos se trata: usar los recursos del cuerpo. Por qué no ir más allá y hablar de usar nuestros cuerpos como combustible? Podemos no estar listos para aceptar la idea de nuestros cuerpos siendo usados para alimentar vehículos, pero quién dice que no estaremos haciéndolo dentro de cien años?
Podemos hacer estas mismas consideraciones respecto a los animales muertos. La muerte de una mascota es tan dolorosa como irremediable. Podemos enterrar su cadáver con fines meramente simbólicos y contemplativos, o podemos invertirlo en un propósito mayor que beneficie a la comunidad en su conjunto.
ESTADO DEL ARTE
En el mundo hay diversos antecedentes de biomasa a partir de restos humanos y animales, con resultados prometedores. Aquí comentaremos dos ejemplos muy llamativos.
El sitio Deathlab.org propone que, en lugar de asignarse parcelas de entierro, los cuerpos sean colocados en "vasijas conmemorativas" que ayudarían a acelerar la descomposición utilizando procesos microbianos que luego suministrarían de energía a celdas de combustible. Su laboratorio ya había estado trabajando en el desarrollo de tecnologías basadas en la conversión anaeróbica para extraer energía de las corrientes de desechos, como sucede con las aguas residuales. A diferencia de la conversión aeróbica, que produce CO2 y es perjudicial para el medio ambiente, la conversión anaeróbica puede producir compuestos como el metano, que se puede usar para obtener energía.
En el caso de los animales existe una compañía holandesa que genera biomasa con sus restos. Los cadáveres son molidos, esterilizados y divididos, lo que nos deja con agua, harina animal (proteína) y grasa. Anualmente esta compañía holandesa procesa más de 400.000 cadáveres, de los cuales se genera suficiente energía para suplir 55.000 casas por todo un año, eso es lo equivalente a gastar 180.000 toneladas de dióxido de carbono. Sólo con el cuerpo de un cachorro de gato se puede mantener encendida una bombilla de 11 Watts por alrededor de 56 horas.
CONCLUSIONES
Los cadáveres tanto humanos como de animales son un gran recurso desperdiciado cuya inversión en la generación de biomasa contribuiría ampliamente a la comunidad, tanto por su rol en el desarrollo energético, como por la liberación de espacio en los cementerios.
Cualquier modificación en la infraestructura de las subestaciones de UTE se terminaría pagando sola en un plazo relativamente corto.
FUENTES
https://www.theguardian.com/lifeandstyle/2017/apr/01/like-idea-body-biomass-bright-ideas-after life-cemeteries
http://deathlab.org/
https://www.vice.com/en_uk/article/gq8k57/the-destructor-anima l-corpses-the-netherlands-rentac-876 |