18: 55 Horas.
Agosto 25 de 1988.
Lago Chungara; altiplano andino,
a 4.500 metros sobre el nivel del mar,
en las faldas de los volcanes Parinacota y Pomerape.
Temperatura ambiental en el lago, menos 17 grados celcius.
_ ¿Que pasó Manolo?
_ ¡El cabrón de Diego condujo el camión por el lago congelado!
_ Deja adivinar; el hielo se quebró y se hundió el camión.
_ Sí.
_ ...
_ ...
_ Con suerte queda una hora de luz, y pronto anochecerá.
_ Así es.
_ ...
_ ...
_ ¿Que haremos para no morir congelados?
_ Lo mejor para sortear la baja temperatura, es cavar un agujero en la arena y enterrarnos. No nos aventuraremos a caminar por el desierto de noche, pues carecemos del equipo necesario. Por ahora haremos una fogata; luego el agujero, cubriéndolo lo mejor que podamos con toda la ropa gruesa que poseamos antes de enterrarnos.
_ Esta bien. Sacaré las palas y lo que podamos rescatar del camión antes que termine por hundirse.
23: 45 Horas.
_ ¿Manolo tienes cigarrillos?
_ ¡Que hace frío. No siento mi nariz!
_ ¡No has parado de quejarte en toda la noche hijo de puta; por tu culpa estamos así!
_ ¿Manolo tienes cigarrillos?
_ ¿Cómo iba a saber que el hielo no aguantaría el peso del camión? ¡Soportó mi peso!
_ ¡El camión Unimog pesa tres toneladas y media, imbécil sin sesos!
_ ¿Manolo tienes cigarrillos?
_ No sé que diré a la compañía de seguros.
_ ¡Dile que usaste el camión de alimento para los peces del lago Chungara!
_ ¿Manolo tienes cigarrillos?
_ Perdona Jorge, toma aquí tengo. El encendedor esta dentro del camión que este baboso hundió.
_ No te preocupes que yo tengo uno.
_ ¡Que hace frío, no siento mis manos!
_ ¡Para de quejarte pedazo de mierda!
04: 33 Horas
_ ¿Manolo estas durmiendo?
_ No.
_ ¿Diego estas durmiendo?
_ No puedo dormir, estoy congelado.
_ ¡Deberías ir a dormir adentro del camión maldito idiota!
_ ¡Paren de pelear! ... Escuchen...
_ ¿Que cosa?
_ Aquel sonido. Parece que que fuesen...
_ No escucho un carajo.
_ Yo tampoco; tengo mis orejas tapadas con hielo.
_ ¡¿Y quién te preguntó una mierda a ti imbécil?!
_ ¡Paren de pelear!... Escuchen...
_ ¿Que carajos?... Parecen... caballos.
_ ¡Ahora los escucho!
_ ¡Es cierto, son caballos!
_ ¡Estás loco! Son las cuatro de la madrugada. ¿Quiénes andarían a caballo en el desierto?
_ Sean quienes sean, vienen galopando para acá.
_ La luna ilumina bastante, espero que nos vean; no quiero morir aplastado. Recuerden que estamos enterrados.
_ ¡Hijo de puta salgamos de aquí nos podrían atropellar!
_ ¡Espera... espera! Ya los veo, pasaran cerca, pero no tanto como para preocuparnos.
_ ¡Escucho los relinchos y los gritos de los jinetes! ... ¡Acá!... ¡Ayúdennos estamos acá!
_ ¡¿Que carajos estas haciendo?!
_ Pidiendo ayuda, quizás tengan una radio para comunicarnos con el campamento.
_ ¡¡ Miren!!... ¿¡Que mierda es esto!?
_ ¡Que carajos está pasando!
_ ¡Son soldados a caballo!
_ ¡Aquí, ayuda por favor!
_ ¡Manolo mira sus uniformes!
_ ¡¡Hijos de la gran puta, son soldados de la guerra del pacífico!!
_ ¡¡No puede ser cierto, es una broma!!
_ ¡No los llames que estoy asustado!
_ ¡¡Son muchos, deben ser mas de cincuenta hombres!!
_ !! Se alejan!!
_ Escuchamos los relinchos, los gritos... ¡Pero fíjense!... ¡No levantaron polvo!
_ ¿Que carajos fue eso Jorge?
_ No tengo la menor idea Manolo.
_ No sé si estoy temblando por el frío o por el miedo.
_ Quizás eran los soldados del fuerte Baquedano.
_ ¿Vistiendo uniformes de 1879, y cabalgando a cuatro de la mañana?
_ Mañana mismo llamo a los parasicólogos.
_ No sé como puedes bromear. Mejor no llames a las autoridades, pues podrían demandarnos por dañar el lago.
_ ¡Ya les dije que pensé que el hielo aguantaría el peso del camión!
_ ¡El camión pesa tres toneladas y media, pedazo de imbécil!...
_ ¡Por amor de Dios, paren de pelear!
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