Hacia el otro lado del río.
Las luces del puerto brillaban como siempre, el barco estaba a punto de partir y mi corazón quedaría destrozado para siempre.
Conocí a Victoria una noche en una confitería, estábamos ella con sus amigos y yo con los míos tomando cerveza y festejando el fin del curso, mis compañeros y yo entrábamos a tercer año de medicina y Victoria según lo supe después festejaba el cumpleaños de una de sus amigas.
Vernos y saludarnos fue un solo acto, quedé prendado de sus encantos, aquellos ojos pardos y su cabellera ondulada entraron a mi corazón para no irse jamás.
Comenzamos a vernos seguido, estábamos de vacaciones y la playa nos atraía a ambos.
Al poco tiempo nuestras familias también se conocieron a pesar de que ellos vivían en Buenos Aires y yo en Montevideo, eso no nos impidió llegar a la otra orilla para pasar unos días con ellos, sus padres cada vez que podíamos.
Cierto día noté que Victoria se sentía muy inquieta, le pregunté el motivo pero no me dijo nada, decía que eran cosas mías y yo no insistí.
Poco a poco me fui dando cuenta de que su color había cambiado, estaba delgada y siempre cansada entonces me puse firme y quise saber si estaba enferma.
Pero Victoria no estaba enferma.
Me decía que pronto iba a contarme todo, que no me preocupara que todo se arreglaría.
Por ese entonces ya estábamos viviendo junto éramos mayor de edad los dos y nadie se opuso.
Una tarde cuando salía del trabajo la vi.
Victoria se encontró con un hombre mayor que ella y los dos entraron a una joyería del centro, lo que vi aún no puedo olvidarlo, estaban eligiendo anillos de compromiso y a pesar de que ella me vio, me ignoró por completo cuando le hablé. Salí furioso del lugar y me dirigí a nuestra casa para llevarme la sorpresa del siglo, haciendo la cena estaba Victoria y al verme me preguntó por qué había demorado tanto.
Mi asombro iba en aumento, no entendía nada, la había visto junto a otro hombre eligiendo anillos….
Le conté lo que me había sucedido y se puso muy nerviosa aunque negó que fuera ella.
Traté de olvidarme de lo sucedido pero sin lograrlo fui a la cama.
Al día siguiente al levantarme Victoria no estaba en casa, me pareció algo raro ya que siempre salíamos juntos para ir a trabajar y fui solo al trabajo, habíamos conseguido empleos diferentes pero en la misma zona.
No la vi en todo el día y eso me estaba matando, el no saber es terrible.
Al volver a casa en la tarde, aún no había vuelto, la llamé pero todo fue inútil entonces me decidí y llamé a los padres, lo que oí de ellos casi me mata, Victoria tenía una hermana gemela que era completamente igual a ella… físicamente pero en la realidad eran dos polos opuestos, la madre llorando me dijo que Verónica, la hermana era una bala perdida y que por eso jamás la conocí, la familia la rechazaba desde que se unió a una banda de ladrones, me dijo que de lo demás ya me enteraría, que Victoria adoraba a su hermana pero no aprobaba su forma de vida por eso se sentía cada vez peor.
Mientras la esperaba prendí la T.V. y el golpe fue tremendo al ver el noticiero, una joven mujer había muerto en manos de la policía al robar una joyería junto a un maleante conocido y lo peor era que en el mismo momento que la muchacha moría, su hermana que estaba muy cerca sufrió un ataque al corazón cayendo muerta, la policía supo después que una se llamaba Verónica y su gemela Victoria.
No pude seguir viendo, salí corriendo hasta la jefatura de policía para que me aclararan lo sucedido, aún no creía que Victoria hubiera muerto.
La policía me contó que aunque parezca mentira los gemelos aunque sean de diferente carácter son como si fueran una misma persona, Victoria estaba al tanto de lo que había hecho su hermana en varias oportunidades pero esta vez no quiso cubrirla como lo había hecho antes para que no la llevaran presa y al día siguiente fue a la policía luego de lo que yo le había contado entonces sucedió, no pudo llegar a tiempo…. Su hermana había vuelto a robar y ella sabía el lugar por eso estaba allí, quería a su hermana y quizá sabía que si una moría la otra también. Siempre estuvieron en contacto una con la otra porque a pesar de sus diferencias ellas se adoraban.
En este momento estoy en el puerto viendo cómo se llevan los cuerpos de las gemelas, no quiero ir a Buenos Aires, no podría soportar ver a sus padres. Miraré el barco y pensaré que todo fue un mal sueño, mañana trataré de empezar una nueva vida.
Omenia. 26/8/2019
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