Rxzzi: La extinción ya es asunto decretado. Siempre imaginaron que llegaríamos algún día con nuestras armas ultra poderosas, avasallándolos, imponiéndonos por nuestra fuerza y superior tecnología como una constante para eliminarlos. Esa vocación suya de fantasear, sin centrarse en lo que importaba: la salud de su planeta, su desmedido afán de desvalijarlo para extraer sus riquezas naturales y contaminar de paso sus océanos con sustancias venenosas. Pero en su mente subdesarrollada, nos imaginaban como criaturas inverosímiles, esperpénticas, que los invadirían un día cualquiera, que llegaríamos en oleada tripulando absurdos discos voladores. Ellos, predispuesto su cerebro para la violencia, hicieron suyas las imágenes de los dibujantes de historietas, nos creyeron seres belicosos que se saciarían de una guerra que antes que comenzara, ya la daban por perdida. Y los productores de cine y los escritores de novelas nos manosearon al imaginarnos dueños de una increíble perversidad, por lo que se les metió en el alma este terror endémico a una inminente invasión.
Wzmmhn: Cándidos. Porque enviaron una nave espacial que transportaba un disco que los detallaba con pelos y señales. Algo así como una alfombra roja extendida con gentileza, invitándonos a conocer su hipotética grandeza. ¡Tan inconsecuentes! Nos consideraban parte de la ciencia ficción, pero nos mandaban cartitas modosas para averiguar si éramos capaces de comprenderlos.
Rxzzi: ¡Tan primitivos que son! Ninguno de nosotros osaría convivir con una especie que jamás ha dado muestras de superarse a sí misma. Imagínate, declaran guerras de todo tipo: por el poder, por los recursos, por asuntos políticos, raciales y por las mil razones que se les vayan ocurriendo. En sus genes está inscrito a fuego el belicismo. Y esos sabios y científicos de los que hacen alarde, los veneran como si ellos fuesen sus salvadores pero un niño nuestro de cinco años sería capaz de ruborizarlos por su ignorancia.
Wzmmhn: La prueba de la ineficacia de sus intelectuales está a la vista. Ninguno ha sido capaz de inventar algo que acabe de una buena vez con su violencia innata. Pero se vanaglorian de todos esos mentores, les entregan premios pomposos que ninguno se merece. Y la civilización continúa autodestruyéndose, mientras los grupos activistas nadan contra la corriente.
Rxzzi: Sus indecisiones son absolutas y su torpeza evidente, están condenados a desaparecer por sus propias incertezas.
Wzmmhn: Nunca fueron una esperanza.
Rxzzi: Y menos ahora por una razón alarmante: el más importante pulmón que sustenta su existencia, se consume a velocidad acelerada. Y muy poco pueden hacer por evitarlo. Es el principio del fin. O el fin del principio, que viene siendo lo mismo. Podría ser ocioso que yo exprese mi dolor por este tristísimo final. Pero, por otra parte, sin siquiera imaginarlo, esta misma infortunada raza ha ido pavimentando el camino para nuestra próxima llegada. Sin ninguno de ellos interfiriendo nuestros planes, podremos vivir en paz en un mundo que lo prodiga todo.
Los interlocutores ya nada más dijeron. Se abocaron más bien a la tarea de planificar con tiempo su próximo arribo a Zeiranium, planeta de la galaxia de Andrómeda, a lo sumo en unos diez años más. Entretanto, los seres que habitaban dicha biósfera se unían por primera vez en torno a una causa común. Pero es sabido que los intereses, las maquinaciones y las desconfianzas siempre terminaban desbaratando hasta sus mejores intenciones.
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