No logro comprender esta incomprensión, ésa que me come por dentro. Siento cómo las cuchillas de la muerte atraviesan poco a poco mi cerebro. Se desangra. Ya no queda apenas una gota de sangre. Me estoy secando a cada segundo que come mi vida. Diviso mi alrededor y no veo nada. Nada. Altos edificios... intolerante gente...crueldad. Siento terror. Aire que me atosiga. Me ahogo ¿por qué? No puedo resistirlo. La hipocresía me hace sufrir. Mis sentidos pierden todas sus fuerzas. Débiles de amor. Vacías por dentro. La oscuridad de la noche está en mis ojos. Tú lo sabes. ¿Acaso debo seguir? No lo resistiré. Dos gotas de sangre son las pocas que circulan por mi corazón. El mundo entero me marea. La tierra se mueve y no puedo evitarlo. Pierdo equilibrio. Pierdo vida. ¡Ya es hora! Remátame ¿o no lo deseabas? Yo sé que sí. Tu pensamiento malvado aflora en tus ojos. Inyectados en sangre y rabia. No lo puedes disimular ¡Alégrate! ¡Vamos! ¡Hazlo! El tiempo ya no importa. Gritos de odio. Impasible mirándome. No me había dado cuenta ¿quién lo hubiese imaginado? Tú eres el culpable. Tú eres... tú eres la muerte. Pero, un momento, me levantas y me das la vida ¿contradicción? No. No es mi hora. Pero me da igual. Seguir me hace sufrir...mi camino está bloqueado. Destruído y tenebroso. La felicidad no es para mí. Cambio brusco para mi cuerpo...para mi alma. No lo aguantaría. Déjame en paz. No me hagas más dolor. O sí. El dolor me mata por segundos...adelante...actúa!!!