El perro yacía en el patio sin vida, como no querían que ladrara, la mejor manera de que no lo hiciera, era dándole veneno, el perro se dejo seducir por un pedazo de carne, lo devoró con mucho apetito, antes de morir ladró varias veces, pero como Martha había salido con su madre, a darle el paseo vespertino en al silla de ruedas, justo a esa hora donde sopla la brisa, pues la temperatura antes de las cinco es muy alta. Apenas volvieron del paseo, Martha fue al patio a ver a su fiel onix, pero esta vez, onix no movió siquiera la cola, ni se paró en dos patas, como siempre lo hacía, pues estaba muerto.
Martha se puso a llorar sin consuelo, luego fue donde su madre y le contó lo sucedido, la madre, también lloró, porque onix vivía más de diez años con ellas, era ya parte de la familia, por su fidelidad, por su cariño y por su don de perro sincero. Iban a llamar al centro de zoonosis, para que vinieran por el cadáver de onix, pero antes que lo hicieran, salieron del closet dos delincuentes que habían entrado a la casa en la ausencia de las dos mujeres, estos bandidos eran Edilmo y Américo, dos trabajadores de la finca, ellos trabajaban para Martha Y su madre. Eran trabajadores de confianza de las dos mujeres, pero la ambición les hizo perder los valores y no pensaron dos veces, ellos habían venido por el dinero que las mujeres guardaban en la caja fuerte.
De inmediato le dijeron a Martha que se iban a llevar todo lo que había de valor en la casa, a excepción de la lora, no gustaban de esos pajarracos por entrometidos. La mujer le entregó las llaves del cuarto donde se encontraban las joyas y el dinero, también la clave, no querían morir en manos de ese par de canallas. Edilmo y Américo fueron al cuarto y sacaron todo el dinero y las joyas, todo lo guardaron en un maletín y regresaron a la sala de la casa, sin la menor compasión mataron a puñal a las dos mujeres, que antes que ellos regresaran del otro cuarto, habían echado doble llave a la puerta y llamado a la policía que ya venía en camino.
La patrulla llegó de inmediato, los ladrones no pudieron hacer nada, pues después de la primera patrulla llegaron tres más, todo estaba perdido, ante aquella circunstancia decidieron suicidarse, cada uno se cortó la yugular y murieron mientras la policía derribaba la puerta, cuando las policías lograron
entrar, quedaron estupefactos, porque no pensaban encontrar cuatro muertos a punta de puñal, al comienzo pensaron que los ladrones los habían matado y se habían llevado el botín, pero al rato se dieron cuenta que el dinero y las joyas estaban en en el maletín, entonces uno de los policías dijo en voz alta:
-Quién los habrá matado, vamos a recoger todas las evidencias,
El policía dio las órdenes y todos hicieron lo que tenían que hacer, el policía volvió a preguntar en voz alta:
-Quién los habrá matado
Hubo un silencio prolongado y de pronto la lora dijo:
Ese par de hijueputas que están en el piso mataron a Martha y Azucena, envenenaron primero al perro.
Paquita sabía hablar, pues las dos mujeres le habían enseñado, ellas pensaron que en un momento dado, la lora podía dar una mano.
|