Autor: Incrédulo

Tengo un amigo, Eusebio alias “el contreras”, no porque su apellido sea contreras, sino, por que una de sus manías es llevar siempre la contra en cualquier platica sin importarle el interlocutor. Si alguien dice blanco, de inmediato dice negro y así…
Esta excentricidad que lo caracteriza le ha ocasionado muchos pleitos y desaguisados. Por lo demás es muy servicial y alegre. Yo lo aconsejé aceptar que a veces el otro tenía la razón y en ese caso no llevar la contra.
Un día me avisaron que mi dilecto amigo se encontraba internado en el hospital de traumatología y ahí lo encontré todo vendado como momia egipcia.

—¿Qué te pasó, mi buen Sebo?
—El cabrón del maestro Ríos me dio una chinga que no veas.
—¿El instructor de artes marciales?
—Si.
—¿Y por qué?
—Por seguir tu consejo. Estábamos disfrutando de una cerveza en la cantina “la suerte loca”, cuando por los influjos del alcohol le dio por sincerarse y me dijo con ánimo de presumir que: “mi esposa es fantástica para hacer el amor”. Yo le contesté: “es cierto, ella para follar es única, me consta”.