Y piensas de pronto que todo esto es una casualidad: que la brisa suave se vuelve un ventarrón,
que las mariposas dejan de posarse en la flor con néctar tan solo para agarrar una pasión,
que cuando miras al cielo sonríes porque sabes que alguien te vigila.
No, no es una casualidad.
Tampoco es eso que llaman destino.
Rozar su mano a media noche y sin permiso eso sí es cosa celestial, mirarse a los ojos sin vacilar
a tus sentidos hace sentir algo especial,
reír a carcajadas, es lo más magnífico que puedes pedir,
pelear y no hablarse por días también es algo celestial, consecuencias camufladas como excusas para retomar la pasión con una buena reconciliación.
Y así sinérgicamente vuelves a la realidad y sigues pensado que todo aquello fue una casualidad.
¿Acaso lo fue?
De pronto las mariposas dejan de ser orugas y usan su piel como cobertor para el frío de verano que hoy te acompaña,
las rosas empiezan a duplicarse y percibes su oroma, el de ella.
Ella que cuando te veía, tú existías.
Sí, lo hacía con júbilo y para ti,
para los dos.
Porque cuando te besaba,
cuando te reía,
cuando le hacías el amor,
dudabas hasta de tu propia existencia,
clamabas al cielo por más pasión y clemencia
y así la vida algo bueno te enseñó.
¿Casualidad?
No amigo, es tan solo una triste realidad pues contigo ya no está.
No importan los motivos: el resultado al final del día es el mismo
y como sabes que no se puede volver el tiempo atrás
solo disfrutas de los días que ahora ella te regala,
encontrándola en el aroma de esa flor que duerme contigo en el balcón
y en la mariposa que te visita cada verano.
Lo sé, la vida se empeña en recordártela.
¿Casualidad?
Solo el tiempo te lo dirá.
¡Espera!
Antes de finalizar sonríe, mira al cielo, pues un mensaje hermoso hoy te da.
***
Sonría mi gente, para aquellos que hemos perdido a alguien de cualquier manera posible, les digo: sonrían.
Inicio unas pequeñas vacaciones...Estoy emocionada y bueee por acá me tendrán escribiendo muchos versos con insomnio.
Besotes
Kahedi |