Para mí hay que amar QUIJOTESCAMENTE, sí así…con el sentir de una loca, con el fanatismo y la devoción de una guerrera. Idealizando a la otra persona, incluso inventando a la otra persona. Así debemos amar, sin razón, sin explicaciones, ni preguntas.
Debemos amar con el ser que somos, no con la mente, ni con el corazón, ¡con el ser!
Así hay que amar, encontrando la cara del ser amado en cada estrella.
¿Hay acaso sensación más linda que la de sentirse encantada?
No hablo de correspondencia, no señora, se trata de otra cosa. Esa persona existe para que aprendamos a creer. Creer en el amor, creer en la belleza, en la fuerza interior, esa persona existe para que podamos comprender la hermosura de una flor, para que cuando escuchemos una canción o leamos un poema nuestra sangre se agite recordando ese rostro.
Sonreír al recordar la sonrisa ajena y convertirla en el escudo más resistente, porque al fin y al cabo ¿qué batalla vamos a pelear con más ganas y más alegría, si no es la de enamorar, aunque sea unos minutos, a esa persona a la que amamos?
El mundo necesitas más Quijotas y más Dulcineos.
Esa es mi opinión. Casi diría, que es mi confesión.
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