- Y entonces, ¿Qué pasó?
- Después de que saltamos… Sabíamos que estábamos cayendo...
pero joder, empezamos a volar... y nos aventurábamos en la
inmensidad del cielo, cargado de estrellas formando constelaciones
tomados de la mano, juntos no había peso alguno que nos detuviera.
Simplemente subíamos más y más, y quienes nos veían desde el suelo pensaban que era magia lo que se formaba ante sus ojos,
y cada beso quedaba marcado en el firmamento con una estrella,
hasta que la noche quedo iluminada por completo. Cada constelación
formada es solo un pedacito del camino a nuestro universo. Donde
el amor es eterno y el tiempo es infinito para estar juntos…
Visitamos tantos lugares, todos mágicos, todos únicos, todos irrepetibles,
cada vuelta de esquina era un lugar perfecto
para estar juntos, para besarnos, para ser uno solo, cada
vez más arriesgados, cada vez más enamorados…
Acumulando recuerdos para las noches de soledad…
Se volvió una necesidad estar juntos, un placer compartir
los silencios interminables e intercambiar miradas de complicidad…
- ¿Es difícil? ¿Estar sin ella?
- La distancia siempre es difícil mi amigo… imaginar su cuerpo
entre mis brazos, o cada momento tenerla en el pensamiento,
cada día estábamos ahí, a kilómetros de distancia pero jamás
lejos el uno del otro, porque el pensamiento acerca y dos almas
son una sola, y el corazón de ella está aquí, pegado al mío…
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