De la agencia Efe: Aire de decepción entre los girasoles andaluces.
Una vez confirmado el cierre de otra sala de proyección en la capital hispalense, la tristeza y la desesperación se instalaron en el bosque sevillano. Un portavoz del grupo vegetal ha declarado hoy por la mañana: - Qué futuro nos espera si poco a poco van cerrando todos los cines? Para que nos cocemos al sol para producir pipas si ya no va a haber lugares donde tomarlas? Un representante de la Asociación de dueños de salas de cine, por su vez, ha considerado infundadas las declaraciones del grupo vegetal ya que hace muchos años que no es permitido el consumo de pipas en los cines.
Un representante de las mazorcas de maíz andaluzas se ha solidarizado con los girasoles y ha expuesto su preocupación con el grave momento por el que pasa el campo español. A dónde vamos a ir a parar? Quién será el próximo? Ha declarado el representante con un gesto beligerante que no pronostica nada bueno. Y nada bueno puede salir de esta batalla emprendida en el campo sur de nuestra España cuando unos y otros no se entienden.
Comenzó con las pipas, es muy posible que a ellas le sigan las palomitas y aquí un servidor que no quiere ser profeta en su tierra, pero no ve nada bueno veo yo en la arrogante decisión del grupo aceitunero de no aceptar más que su interior sea mancillado con productos como anchoas, pimientos, almendras o todo tipo de cosas. La razón alegada es la desvirtuación del original sabor de las aceitunas, pero aquí, quién os habla tiene la impresión de que por detrás de esa drástica decisión hay algo más. El tiempo nos lo dirá. La guerra no ha hecho más que empezar.