No tengo la menor duda, mi edad, la escrita en el documento, lo certifica.
Ha llegado el momento tan esperado, soy feliz pues pienso lo que quiero, hago lo que deseo, y no me importa el que dirán, no que antes le daba mucha importancia, pero ahora se me lo permite.
No discuto más, no encuentro causas para el enojo, pienso, recapacito y sonrío.
Cada mañana al levantarme y ver al madrugador sol alumbrar mi ventana, una real alegría llena todo mi cuerpo.
Tengo todo el tiempo del mundo a mis pies, el reloj dejó de ser mi sombra, ignoro su voz.
Paseo y disfruto de la naturaleza, la palpo, es un deleite escuchar las conversaciones de los pajarillos, estoy aprendiendo sus idiomas, antes no tenía tiempo disponible ni para siquiera escucharlos; que delicia, soy viejo y cada día es un nuevo gozo.
Si quiero, puedo quedarme frente a la computadora hasta las tres o cuatro de la madrugada, y al otro día despertarme a las once, y no tengo que rendir cuentas ni explicaciones a nadie.
Durante la vida aprendí muchísimas cosas, no obstante, continúo aprendiendo.
Aprendí, entre otras, a valorar a las personas, no por lo que dicen, sino por lo que hacen.
Siempre estuve rodeado de compañeros, algunos más cercanos otros no tanto, amigos puedo contarlos, pues no son muchos, pero son sinceros, sus manos siempre extendidas, su corazón siempre abierto, y lo esencial: sus oídos siempre dispuestos a escuchar.
Crié hijos, les dí todo lo que supe y lo que pude; hoy al observar a mis nietos, siento una palmadita en el hombro, que me dice, -Ahí tienes el fruto de tu siembra!!!
Empecé el último tramo de mi paso por este mundo, aprovecho cada momento, cada instante, y tengo el privilegio de estar acompañado, como siempre, por mi media naranja, firme compañera, mujer, y hombro donde apoyarme.
Ojalá tengan todos mi suerte de llegar a viejos.
°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°
*Registrado-Safecreative N°1108069816217
|