En esta noche de calmas
me asomé sobre tus lindes
y me encontré con tu figura aún viva
resonando sobre mis montes impúdicos
con tus ecos blancos que rozan el cielo
con tu latente sonrisa que inaugura los sosiegos.

Recuerdo tu imagen sobre la bicicleta
que le cantaba a un santo llamado Cristobal
recuerdo tus palabras cuanto me acompañaban
recuerdo el como llegue a tus orillas
después de tres deseos pedidos.

Y sonrío al saber que aún guardas tus avioncitos de papel
tus pájaras negras dibujadas sobre tus meteoritos
tus piedras esperando convertirse en viento
recuerdo los cuentos que me contabas
y como cubriste de versos las montañas.

Y sonrío sin saber
el como mi sonrisa murmura tus arrullos nuevamente
murmullos que retomarán tus sueños
anhelos infatigables de amores circulares
o al menos sostendrán tu mano
mientras salpicas la vida detrás de mis pupilas.

Y te internaras profundamente en mi alma
para alcanzar mis nubes con tus avioncitos
porque te he extrañado desde el silencio a la alegría
esa que volvió como ave Fenix
recuerdo todos nuestros encuentros querido
y tu apego profundo y sin abismos.

Tus palabras después de tanto tiempo
aún siguen siendo el eco blanco de mis alturas
Amigo gran mago...
te había hechado tanto de menos.


–Estas letras están basadas en un regalo para mi...
un elogio que gratamente encontré por allí
"Y sonrío sobre ese avioncito. Espero que la felicidad te esté murmurando, que te llene de sueños y abrace infatigable... o que al menos sostenga tu mano y te mire fijo y se interne profundo en tu mirada para alcanzar tu alma"...
y claro que te recuerdo querida–