Antes de presagiarte, ya te intuía Adiviné manojos de tu ardor, La calidez rocosa De tu profundo amor labrados en el espacio de lo inmortal. Sin titubear volé a tus tropiezos. Tu cofre de quimeras trajo esperanzas... Almacenadas ternuras y en palpitaciones Avasalló mi alma Y juntó tu universo a mi aliento. Fue entonces que colmó mi copa. Manantial de sol encendido. Devoró mis visiones Y surgió el deseo ardiente por soñarte. Y así en menudos labios, al renacer la aurora Florecieron tus besos imborrables.
Texto agregado el 08-08-2019, y leído por 181 visitantes. (12 votos)