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Sexo : mujer
Edad : La del día
Estatura : 1.65
Piel : morena o curtida por el sol
Profesión.Madre de 5 hijos
Estado Civil: casada, juntada, soltera ya lo olvido es que, eso apenas si importa es una mujer mas, de esas muchas, que juntan el pan para sus hijos.


Juan hacia ya tiempo que se había ido a la bananera al principio envía dinero todos los meses, luego hubo un silencio, no recibió mas el telegrama donde se le indicaba que el dinero estaba ya en el banco del pueblo. Se comía las uñas pensando que algo malo le hubiese sucedido, así que junto algo de dinero y se fue a buscarlo, tremenda sorpresa se llevo cuando llegó a Finca 6 y pregunto por Juan Oconor, una mujer que compraba algo en el abastecedor le indico que vivía dos cuadras mas abajo, en una casa color amarillo, justo en la esquina sur de la plaza, estaba cansada y tenia hambre, pero continuo pensó que al llegar a la casa el le daría algo de beber y comer. Camino la cuadra con rapidez tenia mucha ansiedad tenia mas de 5 meses de no saber nada del, los guilas preguntaban, sobre todo el pequeño Fabián, además las vecinas rumoraban, pero ya pronto sabría que estaba pasando la gente mal intencionada quería sembrar en ella la desconfianza, su Juan era un hombre bueno y trabajador, era verdad que el hombre tenia un poco de mal humor, y en ocasiones le pegaba pero no por eso tenia que prestar oídos a los chimes de las mujeres del pueblo. Al fin llego a la dirección indicada le pareció que había caminado mas de dos cuadras debía ser el hambre y el cansancio del viaje.

Se detuvo frente a la casa era pequeña pero se veía cómoda ni parecida al rancho donde vivía con la prole, esta tenia dos ventanas que daban al pequeño pero acogedor corredor, un par de mecedora invitaban a sentarse y descansar bajo la sombra del alero, el patio era amplio y había un pequeño jardín, árboles de jocote, un par de plantas de plátanos las cuales parecían rendirse al peso de las racimas de fruta, una huerta donde crecía pepinos, yuca, chiles dulces claro es que en la zona llovía lo suyo y seguro todo lo que se sembraba se pegaba de inmediato, pudo ver con timidez la ropa tendida en el alambre y movida por la suave brisa que refrescaba, cerro los ojos y sintió el viento que le acariciaba la cara, ahora lo Comprendía todo Juan había estado ahorrando para comprar la casita, y no le había dicho nada para darle la sorpresa, pensó en la cara de las vecinas cuando ella regresara y les contara que su marido le había comprado una propiedad y los guilas tendría un lugar Bonito para vivir. Tan sumida estaba en sus pensamientos que no se percato que alguien se acercaba a ella; buenos días buscaba alguien señora? Si respondió Maria disculpe es que estaba distraída y no la vi,
No se preocupe usted, por favor pase y se sienta que le traigo un vaso con limonada se ve usted cansada, la chica se metió a la casa era una mujer Joven tendría 20 años, buena moza con el trasero bien formado, un pelo ensortijado y los ojos color miel. Al momento la chica regresó con un vaso de limonada la cual Maria tomo de un sorbo agradecida se presentó, soy Maria Cortes, buscaba a Juan Oconor me dijeron que vivía en esta casa, Si como no, yo soy Quimara la esposa de Juan usted es familia del? Sabe me hace ilusión conocerla, el habla poco de su pueblo pero ya me acostumbre es muy trabajador usted mejor que nadie lo debe saber, me monto esta casita se la compro al negro Ortiz justo el día que me pidió matrimonio, la ceremonia estuvo muy linda ya sabe humilde pero no falto de nada mis papas nos regalaron un chancho para el convite, y el tío Arsenio el guaro, sabe nos extraño que no viniera nadie de su familia yo misma puse la carta en el correo sí estoy segura que la dirección estaba correcta, de la Pulpería Monte Alto 200 al Sur, corralillo de Nicoya, venga, venga conozca la casa Maria apenas se pudo poner en pie, quería decirle que Juan era su hombre desde que ella tenia 15 años, le había parido 5 guilas, No Vivian en Coralillo sino en las brisas del Morote, que estaba ahí para preguntarle porque no le enviaba una carta y dinero desde hacia 5 meses, que su hijo menor se le moría en el hospital de Puntarenas de La Polio, pero no pudo, en silencio tomo la vieja bolsa donde lleva la ropa y se marcho. Tenia que llegar a Puntarenas rápido a contarle a su Fabián que su papa le habia comprado una casa color amarillo con corredor un patio grande para que él pudiera jugar.


Texto agregado el 29-05-2003, y leído por 1090 visitantes. (0 votos)


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