LA PIADOSA.
Por Raúl Cardillo.
Ana sintió mucho los años de formación en el Noviciado.Fueron días y noches de sangre y lágrimas.Pero era su vocación,estaba llamada y elegida para ello,en eso consistía su privilegio.Así se lo manifestaba cada noche Sor Ali.No recordaba como habían comenzado con esas veladas de entrega en la fe y pureba,como la directora de Novicias Alicias las llamaba.Ana,como otras postulantes y novicias debió sufrir cada día la exigente disciplina de la formación que incluía ayunos,castigos fisicos,aislamiento.Sor Alicia la superiora se mostraba inflexible y dura.Para compartir el sufrimiento ajeno,la orden se dedicaba a los enfermos,deben saber sufrir con alegría,con resignación,con fe era el argumento de la formadora.
Cuando Ana fué elegida para las veladas tuvo miedo,pensó que en los aposentos de la Superiora,se reproducirían mas castigos.La sorprendió lo que sucedió,el Señor te ha elegido para que temples tu animo hasta la maxima resistencia.Nada podrá vencerte.El peor pecado es el de la carne y tu lo vivirás.Lo sufrirás.Lo soportaras.Sin quejarte.Sin hablar.
Así que cada noche la pasaba en la cama de la Superiora,asqueada,dolida,perturbada pero finalmente fortalecida por la horrible experiencia del sexo en Santa Obediencia.
Al fin pudo ordenarse,convirtiéndose en Sor Ana.La destinaron al Hospital Central.
El Padre Joaquin era el capellán y ella comenzó a admirarlo.Por la entrega del sacerdote hacia los enfermos,el consuelo hacia los familiares y la dedicación que lo hacía estar siempre junto al lecho de los que fallecían,a cualquier hora de la madrugada.
Pronto el cura y Ana la monja comenzaron a hablar mucho.Con el aprendía una optica distinta de la fe.La vida es goce,placer,alegría.El dolor,el sufrimiento son inhumanos y deben ser eliminados.
Un par de veces Ana encontró a Joaquín con una jeringa en la mano en alguna sala pero desistió de preguntarle.
El Padre le dijo,hay algunas cosas que debo enseñarte,solo a tí y será nuestro secreto.
Pronto también comenzó a compartir la alcoba del cura.La experiencia fué muy distinta de la vivida con Sor Alí.Gozó y aprendió a gozar.Se entregó totalmente,pensó en dejar de ser monja...no le aconsejo el,este es nuestro privilegio,nuestro alivio,nuestro corazón oculto.
Otra madrugada Joaquín no advirtió la presencia de Ana,ella pudo ver como el sacerdote le administraba por vía intravenosa alguna sustancia a un paciente con cancer que en segundos dejaba de existir.
Al verla,se sobresaltó reponiendose en seguida.
Vamos,será mejor que salgamos de aquí,esta noche tenés que completar tu aprendizaje.
Hasta la mañana,entre caricias y besos pudo aprender los misterios de la piedad.Como aliviar a un ser que sufre y ayudarlo a volver a la casa del Padre.Eso también es privilegio de nosotros les elegidos de Dios.También nuestra misión y nuestro sacrificio.
Las primeras veces Sor Ana tuvo mucho miedo y dudas.Mas adelante se hizó fuerte y segura llegando a ser una campeona de la piedad hasta su muerte.
Se la recordó como aquella mas piadosa,que siempre estuvo junto al lecho de muerte de los que partían.
Sin duda sería beatificada. |