MIS REFLEXIONES Y PENSAMIENTOS AL REDEDOR DEL AJEDREZ:
¡La genialidad es irrefutable!
A veces arriesgo todo en una jugada, pero me siento vivo: ése es el precio de vivir a plenitud la vida
A los caballos les temo no por sus acrobáticos saltos sino por sus inesperados e inconcebibles asaltos.
Al igual que existe la norma universal de pieza tocada, pieza movida; debería existir otra aún más forzosa y obligante: jugada pensada, jugada antes bien analizada.
Así como en el póker podemos deshacernos de cartas que dañan nuestro juego y reponerlas por otras "posiblemente" mejores, en el ajedrez debemos deshacernos permanentemente de las jugadas malas que puedan a la larga afectar la partida.
Así como ficha tocada debe ser ficha jugada; igual, jugada pensada debe ser jugada antes bien revisada.
Cada jugada, por buena o mala que sea, determina las posibilidades de la siguiente, y así sucesivamente, hasta concretar en últimas, el curso final de toda la partida.
Cada pieza del juego obedece al instante y sin reparos la decisión indiscutible de la mano que la guía: unas veces para llevarla a la gloria (!!); otras, para sumirla en la vergüenza (??).
De una caja donde silenciosamente duermen, emergen uno a uno los trebejos, y sobre un tablero blanco y negro van ocupando sus respectivas y conocidas posiciones. Luego de agotadoras e incansables luchas regresan a descansar y a la caja van a dar, a la espera de esa mano poderosa que las vuelva de su enigmático sueño a despertar.
Desde muy pequeño aprendí en vivo los conceptos del ajedrez: Mi padre era el rey, mi madre la dama, mi hermano mayor la torre del rey, otros hermanos se repartieron entre alfiles y caballos y yo, un simple Peón, al servicio de todos.
El ajedrecista es el único hombre al que le dan desde que nace una dama por compañera; pero, luego, durante el curso de la vida le está permitido con libertad y autonomía conseguir ocho más, coexistiendo con ellas en perfecta y pacífica armonía.
El ajedrez, como el amor, es sólo cosa de dos.
El ajedrez es un diálogo entre dos personas a quienes les está prohibido hablar.
Es increíble cómo en el ajedrez una partida depende de un único desacierto.
El libro dice, pero el jugador es quien sobre el tablero hace.
El ruido de la batalla sólo se escucha en la mente de los jugadores, ni las piezas sobre el tablero son capaces de musitar palabra; hasta sus movimientos son elegantes, pues se deslizan con sobria cautela.
Empecé siendo un seguidor del ajedrez, ahora el ajedrez me sigue a todas partes.
En ajedrez, los cálculos son la apariencia, los planes la esencia.
En ajedrez, sea que se gane o que se pierda, siempre se gana; pues en las derrotas a menudo encontramos las mejores lecciones.
En el ajedrez como en la vida una jugada maestra no es producto del azar, si no es el resultado de una estrategia y una táctica hermosamente concebidas, ejecutada en su debido y justo momento, con precisión, sin vacilación, y con la energía y convicción de un gran triunfador.
En el ajedrez se da que jugadas aparentemente absurdas (por lo inentendibles) conllevan luego a bellísimas expresiones de plasticidad y belleza difícilmente ejecutables en otro arte.
Fisher ha sido el jugador que más largo a enrocado en la historia del ajedrez mundial.
Hay varios tipos de jugadas. Desecha todas las regulares y las malas. Haz sólo las buenas.
Hubo un tiempo que me aprendí de memoria las 50 mejores partidas de Fisher, pero jamás aprendí a jugar como él.
Jugada a jugada se va tejiendo el destino de una partida, así como hoja a hoja va creciendo un árbol. Si el tronco de éste es fuerte, una jugada débil no lo hará caer; pero si el tronco es frágil, una mala movida más, lo destruirá del todo.
Jugar contra una máquina nos lleva a cometer toda clase de atropellos éticos contra ella que jamás tendríamos contra un humano: la espiamos, le solicitamos ayuda, consultamos libros de aperturas, le minimizamos su tiempo de pensado, le definimos su nivel de juego, le forzamos su profundidad de análisis, le cambiamos de lado, le hacemos esperar cuanto queramos, le obligamos a jugar a nuestro antojo, llegamos a devolver jugada tras jugada, si sus comentarios nos molestan la silenciamos y si nos aburrimos de jugar con ella, la abandonamos groseramente sin aviso y, jamás, sentimos remordimiento ni recibimos de parte ella reproche alguno.
Las buenas jugadas suelen estar escondidas para quien está jugando, no para quienes le ven jugar.
La Negras tienen mejor cuerpo que las Blancas.
Las Negras son mi debilidad.
Lo grandioso del ajedrez es que después de todo combate por cruel y sangriento que haya sido, las piezas vuelven una y otra vez sin rencor a sus posiciones iniciales, olvidando las heridas, con nobleza y sin ánimo alguno de venganza.
Los verbos del AJEDREZ son:
Atacar.
Jaquear.
Esquivar.
Debilitar.
Rodear.
Explorar.
Zarandear.
Nada me irrita tanto de mi juego, como cuando luego de pensar por largo rato una jugada, realizo otra muy distinta que es perdedora.
No ataque sin un plan, no planee sin una idea.
No deje ni una pieza del juego sin revisar su debilidad o su fortaleza, así sabrá que ha hecho todo lo que ha estado a su alcance.
No existe mayor placer ni deleite intelectual que la concepción detallada de una buena combinación que tras su perfecta ejecución consigue el resultado esperado: mate
No se desgasten atacando puntos fuertes del enemigo, ataquen más bien puntos débiles; así poco a poco, también caerán sus fortalezas.
Piensa dos veces antes de jugar: primero como tú, segundo como tu contrincante.
Pregúntate si la jugada que vas a hacer ahora te acerca a la posición en la que quisieras estar más tarde.
Que el ajedrez no te permita devolver jugadas, es porque quiere enseñarte a ser responsable de cada uno de tus actos.
Qué más da un peón de más o uno de menos, si no ha de ser la pieza que te lleve a la victoria o la derrota.
Quien no reconoce sus errores ni los revisa a fondo en el tablero, está condenado a que una y otra vez a que éstos mismos se repitan.
Quisiera tener la visión de los que me miran jugar, y poder ver lo que ellos sí advierten sobre el tablero.
Se cometen muchos errores (que de seguro podrían evitarse) por culpa de la apatía para revisar antes todo el tablero.
Sentencia Cartesiana: ¡Pierdo, luego insisto!
Si el pensador de Rodin hubiera sido ajedrecista, de seguro sabríamos lo que está pensando.
Si no se es genio para jugar bien al ajedrez, lograr un alto nivel exige mucho esfuerzo, sacrificio y dedicación.
Si pierdo un peón, me entristezco; si pierdo un caballo o un alfil, languidezco; si pierdo una torre, palidezco; si pierdo mi dama, enmudezco; pero, si pierdo la partida
perezco.
Si un buen día se arruina con una mala partida, un pésimo día lo arregla una buena.
Un computador no sabe distinguir entre una jugada de ataque o de defensa y, mucho menos, entre una jugada táctica o estratégica. El sólo calcula miles de variantes y al final, dependiendo de un algoritmo de decisión: positivo o negativo, elige su jugada; y lo más triste de todo, es que jamás tendrá idea si la jugada realizada es genial o no. Sólo le importa el resultado binario: 0=mala (?), 1= buena (!).
Un computador puede de lejos jugar mejor que un GM, pero jamás disfrutará del juego.
Un error puede permanecer tan oculto, o más, que una buena jugada.
Una partida de ajedrez apegada a la teoría es como una pieza musical interpretada con partitura: no hay riesgos de disonancias; pero tampoco hay destellos de genialidad.
Uno puede tener toda clase de problemas en el día y, sin embargo, en la noche puede dormir; pero ¡ay, de que pierdas una partida!, se te convertirá en pesadilla: analizando una a una las jugadas.
AXIOMA DEL AJEDREZ
Soy tu reina, pero me juego la vida por ti..., G.C.V
Un ajedrecista que no proteja su reina merece que le den jaque mate.
Octubre 8 de 2015
JAQUE AL REY
Me
entretuve
con una dama
y
perdí
Octubre 10 de 2015
DE PEÓN A CABALLERO
I
Así como hay peones que aspiran a la máxima corona de una Dama, hay peones que sin coronar se sienten como un rey
II
No seas un simple peón cuando estás destinado a ser un rey.
Agosto 5 de 2022
EN BLANCO Y NEGRO
En el ajedrez de la vida, unas veces rey blanco, otras veces peón negro; y sin importar la pieza que sea o el escaque que ocupe en el tablero siempre estoy buscando la victoria...
Junio 19 de 2023
GerCardona. Última actualización: Junio de 2024. Derechos Reservados. |