Amor...
mira mis manos,
están gastadas
mira mis ojos
¿que ves?
pequeñas arrugas a su alrededor
y quizás una bruma que los empaña.
No amor,
no intentes no ver,
es vida.
Vida que pasó,
vida al fin,
vida enormemente vivida,
la misma que marca el rictus de mis labios
y quita lozanía a mis mejillas.
Mira amor mi cuerpo,
ya no es esbelto,
pero es vida lo que llenó sus formas.
Amor, no trates de no verlo,
porque de lo que viví,
de cada poro,
de cada línea
de cada pesada curva
de mi cuerpo,
he hecho un monumento.
¿Ves amor?
de nada de ello me arrepiento.
Y si por cada surco
corrió una lágrima
o brilló una risa,
si de cada aspereza de mis manos
se desprendió una caricia,
y si de cada una de las líneas de mi frente
se hizo carne un pensamiento,
de ello me enorgullezco
porque amor, eso es vida,
enormemente vivida.
María Magdalena Gabetta
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