1978 fue el año de mayor éxito de las series “El Chavo” y “El Chapulín Colorado”, el programa más popular de la historia de la televisión de habla hispana.
Sin embargo, el éxito venía acompañado de las rivalidades entre los integrantes del elenco.
Roberto Gómez Bolaños, el popular “Chespirito”, protagonista, guionista y creador de la serie, se sentía desplazado ante la enorme popularidad que tenía “Quico”, el personaje interpretado por Carlos Villagran.
Dicen que una tarde, el titular de Televisa, Emilio Azcarraga, le ofreció a Carlos Villagran aprovechar el éxito de “Quico” con un nuevo programa, pero supervisado por Chespirito.
A Carlos la idea no le gustó nada. Rechazó el ofrecimiento y pidió hablar con Gomez Bolaños.
“Chespirito está ocupado” le dijo Rubén Aguirre, el actor que interpretaba al Profesor Jirafales “esta escribiendo los guiones para los capítulos de las Vacaciones en Acapulco”.
“Pues era hora, manito, que hiciera algo buena, ojala este bien padre” contestó Carlos “hace pos un largo tiempo que solo hacemos remakes de capítulos viejos”.
A Villagran la respuesta de Aguirre mucho no lo convenció, se acercó al despacho de Chespirito, y observó como el actor de “El Chavo” en realidad no estaba escribiendo ningún guión: tirado sobre el piso estaba teniendo sexo con Florinda Meza, sí, la actriz que hacía de “Doña Florinda”.
Gomez Bolaños le chupaba las tetas y penetraba a Meza, que respondían con gritos y alaridos de gozo, satisfacción, y dolor.
“Callate, cállate, que me desesperas” dijo Villagran.
“Es que no me tienen paciencia” dijo Gomez Bolaños escuchando las palabras de Villagran “Ja, ja, no contaban con mi astucia”.
Villagran esperó detrás de la puerta que el sexo finalizará, cuando Meza se fue de aquella oficina, entró y habló con Gomez Bolaños.
“Las cosas son así, mi cuate” le dijo Chespirito “O haces el programa que te ha propuesto don Emilio, o los capítulos de Acapulco son los últimos de Quico”.
“¿Y qué le decimos a la audiencia?” le dijo Villagran.
“Que Quico no aguantaba vivir entre medio de tanta chusma y se fue a vivir con su nodriza la ricachona”.
“No me simpatizas” dijo Carlos Villagran, dio un portazo y se fue.
“Me vengaré” murmuró Carlos Villagran.
Iban a grabar un nuevo capítulo de “El Chapulín Colorado”, por enésima vez Carlos haría de “El Cuajinais” un criminal cruel y sanguinario, Florinda Meza era “Rosa la Primorosa”, Ramón Valdez, “El Tripa Seca” y Rubén Aguirre, “El Chori”.
En una habitación a solas, estaban Carlos Villagran y Florinda Meza, ensayando aquel capítulo de “El Chapulín Colorado”.
“Esto ya lo hicimos miles de veces” dijo Villagran “El Tripa Seca finge su muerte, el Chapulín viene, todo esto es una chingada”
“Que quejoso estas Carlos” le contestó Meza “Pos mira ahí te enviaron de regalo un Queso, un gran Queso Maasdam, traído de AmstelKaas, la mejor quesería de Holanda, esos Quesos no se consiguen en México, mi México lindo y querido”.
“Pues tienes razón” dijo Villagran “Tengo una idea, se la propondré a Chespirito, que tal si en vez de hacer de El Cuajinais, está vez hago de El Requesón, un asesino serial de mujeres, que secuestra a Rosa la Primorosa, para matarla, je, je, a ver sí el Chapulín viene a salvarla”.
“A Chespirito no le gustará esa idea” le dijo Meza.
“Pues se ha quedado sin ideas, siempre grabamos los mismos capítulos” le contestó Villagran “Mira mis pies, Florinda”.
Carlos se sacó los zapatos, aunque no era tanto como Jirafales (Villagran medía un metro ochenta) tenía pies muy grandes, y calzaba un cuarenta y seis.
“Qué pies grandes tienes Carlos” dijo Meza “Podrías hacer un personaje en El Chapulín que sea El Piesote”.
“Más que el Piesote, debe ser el Requesón o el Quesote” contestó Villagran “Es hora que el Chapulín tenga algo de sexo”.
“No es lo que le gusta a Chespirito” dijo Meza.
“Pues a mí me gusta” le dijo Villagran “Y a ti también, Florinda”.
“Por supuesto” contestó Meza, siempre disfrazada de La Primorosa.
Carlos levantó sus pies, que tenían un profundo olor a Queso, llenos de sudor y con un fuerte aroma, y los puso sobre el rostro de Florinda, que empezó a chuparlos, olerlos, besarlos, una y otra vez, primero el pie izquierdo, despues el derecho.
Entonces ahí, Villagrán se acercó a Meza, y la penetró, teniendo una relación sexual muy fogosa e intensa.
“Lo hemos hecho muchas veces, tantas veces como grabar los mismos capítulos de El Chavo o El Chapulín” le decía Carlos “pero esta vez es mucho mejor que las anteriores, que gozo, que placer”.
“Será que ahora eres el Requesón” le contestó Meza.
“Sí, el Requesón” dijo Carlos.
Al terminar el sexo, siempre disfrazado como el Cuajinais, Carlos se puso los guantes negros y tomó un enorme cuchillo, un cuchillo gigantesco y se acercó a donde estaba Florinda.
“¿Qué haces con ese cuchillo, Carlos?” le preguntó Meza.
“Soy el Requesón, el asesino serial que está asolando todo México, que apuñala mujeres y les tira un Queso, Quesos de Holanda, claro”.
“¡Noooooooooooooooooooo!” exclamó llena de horror Florinda Meza.
Pero ya era tarde, Carlos, cuchillo en mano, se tiró sobre Florinda y la asestó una brutal puñalada en el pecho. No fue solo una, siguieron más puñaladas, puñalada va, puñalada viene, una y otra puñalada, decenas de puñaladas, sesenta, setenta, ochenta, tal vez, hasta que se dio por satisfecho.
Carlos tomó el Queso de Holanda y lo tiró sobre el cadáver de Florinda Meza, diciendo en voz alta: “¡Queso!”.
Con la impunidad que suele rodear a los grandes asesinos, Carlos El Requesón dio por finalizada su tarea. Salió de la habitación como si nada, y se cruzó con Rubén Aguirre, el Profesor Jirafales.
“¿Has visto?” le dijo Jirafales “Florinda Meza harta de hacer siempre los mismos capítulos pidió que trajeran una doble para hacer Rosa la Primorosa, igualita a ella, idéntica como dos gotas de agua”
“¡Entonces asesiné a la doble!” pensó Carlos Villagran “¡Con razón cogía mejor que la verdadera!”.
Efectivamente, la verdadera, estaba allí, al lado de Chespirito, consagrada como su esposa, para grabar el primer capítulo de “Vacaciones en Acapulco”, que como todos sabemos significó la última participación de Quico en la popular serie.
Lo demás es historia. Como es historia la leyenda de “El Requesón”, el asesino serial que asoló México en los 70, y que no era otro que Carlos Villagran, y que según muchos, inspiró a los Quesones, los Carlos Asesinos, en las décadas siguientes, principalmente en Argentina con Carlos Calvo y Carlos Monzón.
Pero esa es otra historia, la historia de los Quesones (los Carlos Asesinos), del que Carlos Villagran fue, probablemente, su fundador.
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