Cuando empecé en los cuentos, una amistad que tenía conocía mi 'password'. Se enojó conmigo por razones de política y borró muchos de mis cuentos y algunos los cambió, creo que este fué uno de ellos).

Anoche soñé contigo
y soñé ser prisionero
los barrotes de mi jaula
eran ambos ‘viejo’ y ‘feo’.

Soñé que eras un pajarito
que llegaba a mi ventana
y en ella depositaba
unos granitos de magia.

Al cabo de cierto tiempo
de comerme esos granitos
noté algo en mi figura
que me llenó de extrañeza.

La piel se me ponía tensa
las arrugas se estiraban.
el vigor ya recobraba
y hasta el pelo me crecía.

Ya pasado algún tiempo
me sentí joven mancebo
y con mi nueva energía
desintegré los barrotes.

Con hojas fabriqué unas alas
pude seguirte en tu vuelo
que nos llevó a los confines
del bosquecillo en que vives.

En la cima de una ceiba
hice para ti un nidito
y de una rama cercana
te cuidaba todo el tiempo.

Espantaba feos halcones
las águilas alejaba
cóndores ¡Ni se animaban!
Estabas bien protegida.

A cambio de mis servicios
tú me dabas recompensas
besos me proporcionabas
con tu precioso piquito.
Por fin llegó el amanecer
y con él mi despertar
yo vine a comprender
que fue nada más que un sueño.

Me vi los brazos y manos
comprendí la realidad
como te dije: todo aquello
no pasó de ser simple sueño.

Y tú, mi lindo pajarito
parada desde la ventana me viste tan viejo y feo,
volaste a tu bosquecito.