En un tugurio de mala muerte de pronto se oye decir:
– Soy carpintero, ¡mi oficio es hacer ataúdes y es el mejor de todos! Luego una estruendosa carcajada.
Enseguida habló otro contertulio: – Yo soy sepulturero, ¡mi trabajo es el más divertido de todos! Después risas estridentes.
Entre la algarabía alguien se atrevió, cuestión de copas, preguntar a un lúgubre sujeto que apartado en una mesa del rincón los observaba con mirada indiferente:
– Usted señor, ¿a qué se dedica?
El tipo aquel sin levantar la vista contestó: –Soy asesino a sueldo y estoy por completar un trabajito.
Entre un pesado silencio, carpintero y enterrador se acercaron al tipo y reverenciándole le dijeron: – ¡Nuestro agradecimientos señor!
Texto agregado el 20-07-2019, y leído por 141
visitantes. (7 votos)
Lectores Opinan
21-07-2019
jajajajjajajjjajajaja Debieron darle un porciento!!! jajajjajaj hechizada-1
20-07-2019
Es una reedición? Creo haberlo leído antes. Buen texto. Saludos desde Iquique Chile. vejete_rockero-48
20-07-2019
Jey, el trabajo ennoblece al hombre. bien sabido. za-lac-fay33