Había dormido profundamente, al despertar todavía somnoliento recordó que tenía la urgencia de visitar a alguien, pero no recordaba a quien. Aun en pijama salió a la calle y caminó sin saber a dónde ir. Reaccionó frente a una puerta y llamó sin tener respuesta, volvió a llamar con insistencia pese a lo entrado de la noche. A la enésima llamada por fin alguien le abrió la puerta. Frente a él apareció un tipo desaliñado que sin decir palabra lo dejó entrar.
Aquel tipo a pesar de la penumbra le pareció conocido, ¡era él mismo también de pijama vestido!
Texto agregado el 17-07-2019, y leído por 164
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