En una carpa sin risas, sin acróbatas y sin payasos, un silencio de letanías fue como la niebla que enturbió su mente, ya sin sueños, sin preguntas, yerta su esperanza, empuñó su mano la solución impía y un estampido que aún ahora resuena como noticia en primera página, apagó su vida, pero no su herencia.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
estrofa trillada que repetirán los legos,
los cantantes famosos y la calle entera
no sabrán aquellos ni estos ni ninguno
que mi canto sangra por su alma rota.
Tras su sacrificio fue hermana del silencio, fue la estampa y la guitarra, sonrisa alambicada que se cuelga en el muro, fue objeto de estudio, glorificada, fue la Marilyn Monroe que cantaba tonadas, fue la muerte tallada en el misterio, modelo de graffitis y palabrería hueca, nadie la hará mártir a la que quebró sus espejos para no verse a ella misma desnuda y traicionada.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto
y me ha dado la certeza de vivir pariendo
palabras que nacen de esta mente mía
y que se estrellan en vano en la razón ajena
y esta bala que ha roto mi nexo con todos
me devuelve a las sombras, afiche sin alma
no quiero que la historia me venda mañana
soy tiniebla que abunda en tanto camposanto
sólo una guitarra, unos sones, una voz rebelde
harta de conformismo y servil hipocresía.
Hoy la recordamos y la recordaremos mañana, su música es sincera en su voz desgarrada y son sus manos obreras las que tañen las cuerdas de cada alma que huye, se busca y se persigue en los tiempos, en las aldeas, en los templos, en la urbe desenfrenada y en la noche perpetua.
|