Ella entre más avanzaba hacia el espejo, el espejo se hacía más grande, ella cada vez más diminuta, hasta que llegó un momento en que ella siguió por el espejo, cuando intentó volver no pudo, se cerraron todas las puertas y quedó condenada a vivir más allá del espejo. Intentó regresar muchas veces y todas las veces fracasó, si alguien viniera a quebrar el espejo tal vez pueda regresar a mi mundo, se dijo así misma y efectivamente un rayo cayó sobre el espejo y el espejo se hizo millones de pedazos, pero ella no podía volver a su mundo, aunque quedarse allá no era malo, era más bueno vivir en ese mundo que en el mundo real, pues había mucha luz, mucho color, había más orden, se sentía mucha calma y la gente no envejecía, ya estaba haciéndose a la idea de quedarse allá para siempre, pero sonó el despertador y maldijo mil veces haber vuelto a la rutina, el sueño se rompió en mil pedazos difíciles de pegar, en la sala de su casa el espejo de cristal de roca estaba roto en mil partes y en el centro un agujero. |