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MI AMIGO EL....

Mi amigo el…

Cada vez que bajo las escaleras lo veo. Está allí parado, bien pegadito a la baranda. Chiquitito, de ojos saltones, pelito rubio. Me dan ganas de acariciarlo, de hecho lo hago y el quita bruscamente mi mano de su cabeza y mirándome con sus ojos desorbitados, más bien de loco diría yo, porque eso parece, se va rápidamente, caminado sobre sus piernas chuecas, tambaleándose. La cuestión que mi amigo con la mirada lo dijo todo.
Por ahí se esfuma. Aparece y desaparece de la nada. El otro día estaba esperando el ascensor y sentí que me soplaban la nuca, me di vuelta y no había nadie. Al rato otra vez. Ya estaba empezando a ponerme nervioso. Entonces escuche una carcajada bastante rarita. No sé de donde venia, para mí era él. Y si, porque cuando subí al ascensor me pareció verlo yéndose por el pasillo.
A la señora del D, un minon de aquellos, esta para el infarto, se le prendió fuego la cocina. Como grita la condenada. Entonces, voy a socorrerla.
En la corrida resbalo y caigo de trompa al piso. Creo haber sentido que me pusieron el pie, por Dios que esa es la sensación que tengo. Todavía estoy tirado en el piso y otra vez la risita.
Ya en la cocina trato de apagar el incendio. Pero no puedo, cada vez que lo intento, las llamas se hacen más altas. ¡Qué lo parió! ¡No lo puedo dominar! y la mina que se agarra de mí, me toca por todos lados, no para de gritar. Al menos la hubiera conocido en otras circunstancias.
Por un momento creo que me ha llegado la hora,¡Pero no así de esta manera! ¡Achicharrado no!. ¡Y otra vez la risita esa, juraría que es el!
Un despliegue de bomberos hacen su trabajo.¡Tremendo quilombo se armó!
Sirenas, mangueras, gente que corre. Me auxilian… ya que estoy ahogado en humo. Me sacan en camilla ¡Que papelón! Entonces, lo veo paradito en la salida, me mira con carita triste, como de arrepentido.

Vuelvo del hospital después de varios días.
Lo espero.
Sé que vendrá.
Entonces, se aparece así, de repente, como de la nada.


-¡Perdonáme!- dice- No te quería hacer daño. Me dio mucha pena después de todo me caes bien.
-¡Así que fuiste vos!
-¡Estaba buena la minita eh! Te franeleo por todos lados ji ji
-¡Pero quien carajo sos!-le digo-y cuando estoy por darle un tortazo, no sé cómo, pero la porquería me da tremenda patada en el orto que me hace volar varios metros. Tiene una fuerza sobrenatural la inmundicia.
Intento averiguar quién es. Pero todos me miran raro. Como si estuviera delirando. Nadie sabe de él.
Días después
-¡SCH! ¡SCH! –me chistan, lo veo tras un arbolito- ¡Veni!- me dice- ¡Veni!
-¡No!- le digo.- ¡Que te pasa! Ayer me distes una patada en el orto y ahora me andas buscando
-¡No! ¡vos no entendés! –dice-Eso es una costumbre que yo tengo, forma parte de mi esencia. No seas rencoroso dale veni.
-¡Está bien! ¿Qué querés?
-¿Que andas averiguando por ahí?
-Si te referís a que quiero saber quien sos.Si. Decíme. ¿Vos no tenes madre?
-Si la tengo. Pero no te voy a decir donde vive.
-Supongo que vivís con ella. Si no que haces por aquí todo el tiempo
-Y que te puedo decir... no no te puedo decir nada
-¡Entonces no me sigas más! dejáme tranquilo
-¡Está bien! Te voy a decir, vive en la calle los Arrayanes 332
Allá voy. Es el cementerio.
¡Tremendo hijo de su buena madre! me está tomando el pelo, cuando lo agarre lo mato.
Lo espero. No da señales de nada. Hasta que aparece haciéndose el canchero.
-¡Hola!- me dice, cruzando la pierna y la mano apoyada en la pared.
-¡A sos vivo vos! ¿Vistes donde me mandaste?
-Si se me olvido darte su nombre, perdonáme
-¡Que perdonáme ni que perdonáme! Me mandaste al cementerio pendejo.
-Si querés saber más, anda a la biblioteca del diario y averigua, como era este edificio hace muchos años.
Y se esfumó.
Entonces voy. La curiosidad me desborda. Envuelto en papeles viejos y el polvillo qué me hace estornudar hasta el apellido, termino cansandomé de buscar. Es mejor abandonar esta investigación ridícula, sin embargo… creo que es esto. La noticia dice así.
Voraz incendio, toda la familia Urteaga murió, lamentablemente debido al siniestro no se pudo encontrar el cadáver del niño Pablito Urteaga.Y dan los datos de toda la familia.Fecha Enero de 1910.
Siento pena y a la vez impresión porque creo que ya se con quien esta frecuentando mi apreciada persona estos últimos tiempos. Pero porque a mí, me pregunto, porque a mí.
Pasaron varios días hasta que lo veo. Por un momento pensé que no volvería. Sin embargo allí está. Como siempre, en el pasillo.
-Ahora lo entendés todo, me dice con su carita triste.
-Si-le contesto- ¿Pero en que puedo ayudarte?
-Quiero que me ayudes a partir, a encontrarme con mi mamá.
-¿Y qué debo hacer?
-¡Justicia!
-¿Qué cosa?
-¡Los que hicieron eso tienen que pagar!
-¡Ah no! También loco además de fantasma
-¡No si! -se pone furioso- ¡Vos haces una parte y yo hago el resto!
-¿Vos querés que yo mate a alguien? ¡No eso si que no!
-¡De ninguna manera! Eso podría hacerlo yo. Pero es que tengo que hacer una justicia buena para poder reunirme con mi mamá.
-¡Ha pasado mucho tiempo Pablito!
-El que provocó el incendio fue mi tío para quedarse con toda la herencia. Éramos millonarios. Yo lo vi todo y lo escuche todo. Su descendencia tiene el dinero, ahora vos te encargarás de quitársela. Yo hago el resto. Yo te ayudo. Vos me ayudas a mí. Yo te ayudo a vos. Y así. Jeje.
-¡Que culpa tendrá esta gente, si la macana se la mando el delirante de tu pariente!.
-En eso tenes razón, pero…esa fortuna no les pertenece.
-¡No! Decididamente no. No me animo
-¡Así que sos cagón! Pero mirá vos. Con que esas teníamos
-¡A mí no me digas cagón! Pendejo de mierda. ¿Qué te pensás?
-En una jugada de póker. Tú lo sabes hacer. Ya te dije yo muevo las cartas. A mí no me ve nadie.
-¡A mira! ¿Y con quien sería la partida?
-¡Ah turrito veo que te empezó a gustar! Si porque crees que te busque a vos. Por bueno no, menos por lindo. Porque sé que juagas bien ¡Y cómo te gusta eh!
-¡Bueno bueno! Vamos al grano de una vez- le digo
-Mi descendiente, tiene unos cuarenta años, va a una casa de juego de la calle el libertador al 900. Allí se juega fuerte, se apuesta todo. Si bien es mucho el dinero que tiene, cuándo este perdido le haremos firmar unos documentos y esa será su peor noche, porque estará tan borracho que lo firmara todo.¡ Y …que dices!
-Todo bien.¿ Pero cómo le digo que firme?.
-¿Conoces al dueño del garito?. No me digas que no, hombre de la noche…
-Tengo que pedirle que sea nuestro cómplice.
-Y si, ese se prende, ya lo estuve investigando. ¡Qué te parece! el cincuenta por ciento para vos, el diez para el dueño del garito y el cuarenta para mí.
-¿Y qué vas hacer con ese dinero? Si a vos no te sirve.
-Todo a su tiempo, ya verás.
Y así es como organizó todo.
Llega el momento. Llueve y hace frio. Una noche espantosa para tremenda hazaña. Conozco al tipo. Un ricachón engreído, de esos que se llevan el mundo por delante. Mejor, así no sentiré culpa. La partida comenzó. Va ganando el pariente de mi amigo. Qué bien juega el condenado. Creo que todo está perdido. Empiezo a preocuparme.¿ No será una joda de este hijo de puta? ¡De las que está acostumbrado hacer!. ¡Qué imbécil soy! Caí como un chorlito. Ya estoy mirando la puerta. Estoy viendo como rajar de aquí.
De pronto alzo la vista y lo veo, paradito enfrente de mí, serio, concentrado en el juego, entonces me vuelve el alma al cuerpo.. Me hace una guiñada de ojo y el juego comienza a cambiar a mi favor. En una de esas lo veo que pone algo en el vaso del tipo. Al rato ya no sabía quién era. No quería abandonar. Firmaba documentos unos tras otros. Estaba empecinado en ganar, pero no pudo.
¡Aquella noche fue genial! El descendiente del que se había robado toda la herencia de aquella pobre familia, se la despilfarraba en el juego y ahora le había llegado la hora.
Era bueno en el juego el maldito, pero con la ayuda de Pablito pudimos sacarle hasta el último peso. Quedó tirado en la calle con lo puesto.
Me toca a mí cobrar el dinero. Todo está muy bien organizado.
Pagamos el diez por ciento al dueño del garito que era mucha plata, este se quedo más que feliz, tanto dinero ganado en una sola noche, jamás se lo imagino ni siquiera en sueños.
Y yo que puedo decir bendigo al fantasma. Soy rico gracias a él. Pero por cierto no sé donde se metió.
Pasaron varios días, tengo el dinero de Pablito. No sé qué hacer con él, y este que no aparece por ningún lado. Se lo tengo que cuidar por las dudas.
Quiero viajar a Europa pero hasta que no aparezca no me puedo ir. Soy hombre de palabra.
Al llegar a mi casa. Ya no vivo más en el departamento. Ahora tengo un chalet. En el espejo de mi dormitorio hay una inscripción. Te espero en la tumba de mi madre, vos sabes cómo se llama.
***********
-Allí esta, paradito al lado de una vieja tumba.
-¡Quiero!- dice- Que arregles un poco la tumba y que nunca le falten flores. .-se quedo pensativo... se sienta- ¿Sabes?- dice- En mi andar por este mundo durante tantos años he visto muchas cosas. Fui un niño rico. A mí nunca me falto nada hasta que paso aquello.
En uno de los espejos de tu casa también te deje otra dirección. Deberás ir allí. Te encontrarás con un niño que tiene un amigo imaginario. Te darás cuenta quien es je je. Yo le prometí que le regalaría una casa. Y que nunca más su familia pasaría hambre. Ese dinero es para él. Son siete hermanitos varones, el es el mas chiquito jeje y son muy pobres. Su padre está muy enfermo y ya casi no puede trabajar. Todos andan pidiendo. Yo lo conocí en la calle, cuándo andaba mendigando. Entonces prométeme amigo que cumplirás con tu palabra.
-¡Te lo prometo! Todo será como tú me lo estas pidiendo
-Se que lo harás, eres un hombre bueno. No me equivoqué al elegirte.
-Quiero hacerte una pregunta. ¿Porque lo del incendio del D?
-¡Ah! Estaba jugando un ratito. Pero tenía todo controlado.
-¡Fue muy lindo! –Oh dios mío estoy llorando.-¡ Conocerte!
-Sin lágrimas amigos, no seas flojo.
-Es que te tome cariño que lo pario y pensar que al principio me daban ganas de matarte mirá...
-Bueno… ha llegado el momento de la despedida. Ahora si voy a encontrarme con mi madre.
-Adiós amigo…
-Adiós- y se esfumó.
Me fui silbando bajito. Mirando las estrellas. Seguramente allí estará. Una ráfaga de viento suave me acaricia. Que angustia tengo, lo voy a extrañar, después de todo me había acostumbrado a su presencia. ¡Que lo pario! ¡Estas lagrimas de mierda! No puedo dejar de llorar. Otra ráfaga de viento mas fuerte me envuelve y me tira varios metros, caigo de jeta al piso. Escucho la risita. Creo que ahora si se está despidiendo. Ahora si se fue para siempre.
Yo si tuve un amigo imaginario, tan real como la vida misma.
fin
estela jaeltete

Texto agregado el 14-07-2019, y leído por 153 visitantes. (5 votos)


Lectores Opinan
04-08-2019 ¿Y este 'amigo' te mandó al hospigtal. Imaginario o no, sacúdete de él, muchacha y siue viviendo una vida tranquila!. za-lac-fay33
30-07-2019 Toda una historia amiga. Pletórica de sentido y significados. Cinco aullidos imaginarios Steve
23-07-2019 Es innegable que tenes el talento para manejar la trama a tu gusto y placer. En este caso es la misión de este pequeño pícaro que necesitaba hacer justicia. Muy bueno amiga. Vaya_vaya_las_palabras
14-07-2019 Extraordinaria historia Estela, me ha atrapado de principio a ¿fin?... Muy bien logrado el tono, y la presencia del personaje en cuestión. ¡Y se hizo justicia! martilu
 
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