Cuando vemos/escuchamos Born to Die, segundo album de Lana del Rey, o cualquier otro, somos prontamente abstraídos entre todo que ya el resto del mundo describió y descubrió Circa 2012. "Un producto finamente delimitado con delicados trances cinemáticos entre letras que evocan el hedonismo de nuestra realidad actual contrapuesto frente a la artificialidad del culto a la “americana” estadounidense." Lana del Rey importa porque su viaje es ese rejuego entre lo fatal y lo obsoleto presentando de forma refrescantemente directa y romantizada en este capitalismo tardío. Me atrevo a decir que Lana del Rey logró capturar el estándar de oro por el cual se juzga históricamente a la mujer millenial. #vintage #eclectica #basica. Blanca, occidentalmente hermosa, delgada; no es casual que entre menciones de cáncer, hip hop, videojuegos y otros necesarios males cotidianos Lana permita entrever nuestra tóxica relación con el patriarcado. Sensual y seducida por verdadera violencia, Lana evidencia que es imposible ser feliz y lograr satisfacción en la humanidad como mujer tal como conocemos “la realidad” actualmente. Nos pajea emocionalmente con la idea de ser violentadas y asesinadas por hombres, nos incita a ver el amor como una herida mortal y una mordaza a la que requerimos subyugarnos y con que necesitamos ser inseminadas con urgencia; es el climax de la internalización de la objetivización femenina. ''Antes muerta que sencilla'', justo es Lana el tipo de mujer que se arregla, maquilla y procura que incluso su suicidio sea perfecto, hermoso y pulcro. Es la mujer adicta a ser decepcionada, desestimada y maltratada por su pareja y es justa esa la relación de la cishetero-femeneidad actual; extrapolable a la humanidad entera: adicción a sentirnos miserables propiciada continuamente por literales ataques a nuestra salud mental por medio del mercadeo y la visión de Coca Cola; esa que promueve como única forma de hacernos abrir los ojos el pegarnos un trancazo al encéfalo con una dosis de dopamina que nos permita identificar que felicidad es algo inusual e inusitado que sede o se determina ante la estratagema mediática y se nos escapa entre los dedos cual arena si intentamos hacerle tangible o parar de comprarle. Pues la felicidad no es eso, señores, la felicidad no se encuentra en lo material pues por algo dijo Antoine de Saint-Exupéry (1943) que “lo esencial es invisible a los ojos”, no, la felicidad es otra cosa. Resulta en varios modos un insulto el tener que reiterarlo 76 años posterior a publicación cual enunciado novel cuando Cultura Profética ya lo recordó años previo. Los vacíos se llenan con conocimiento, no con serotonina de “cadena/acción corta” y Lana del Rey en serio me gusta aunque parezca que la aborrezca por disecarla de forma viciosa. Su música es seductora y apaciguante como nana psicótica, su propuesta al sufrimiento y su letra universalmente femeninos y patológicos; su talento real. En mi opinión una de las mejores voz y concepto en el mercado musical pop hoy día.