Olga dijo que nos miran, a Olga Blinder

Olga había dicho que nos miran, nos miran desde arriba. Sus globos oculares bajan hacia donde estamos. Creo que no podremos subir hasta donde ellos se encuentran. Ellos son los unos, los privilegiados. Ellos son los que tienen oportunidad de ser lo que ellos quisieran ser. Así piensan, y así pensamos. Ser buenos padres, buenos amigos, con la mesa puesta y buen vino. Con Whisky, con otras cosas, y otras casas donde se mueven, se drogan, se traicionan y manipulan. Tienen sexo en grupos, tienen afectos especiales, irrefutables y divertidos, También sufren y generalmente cuando se acaba todo, hasta el dinero, se suicidan o mueren mal. Esto parece el primer mundo en el tercer mundo, la gente bien con los pies descalzos. Así son los que nos miran desde arriba. Nos miran a los otros que estamos aquí abajo.
Nosotros los miramos desde aquí. Buscamos imitarlos en las ropas, en los gustos, en el habla. Sus revistas, esas que son para ellos, nos muestran como viven, y como son gente glamorosa. Son más gente que nosotros, así lo establecen los gestos y las estructuras, saben divertirse, y nosotros gritamos molestosos en las madrugadas aledañas. Los miramos, y también nos drogamos. Tenemos familias rotas, los imitamos, tenemos perversión y delinquimos. El Derecho Penal fue hecho mirando hacia nosotros, ellos quedan en una penumbra arreglada y de buen gusto. También nos quitamos la vida, ya en vida somos espectros, como ellos.
Pero nuestra experiencia precaria les sirve a ellos, para saber quiénes son, y de donde vienen. Nunca caminaran con nuestros zapatos, no mordieron sus labios cuando el hambre venía. Eso nos enseñó Olga y su grupo de los años 50. Olga se apellidaba Blinder. Pero Olga no nos avisó que de a poco seríamos como ellos, a ellos que nos miran.