El viento acariciaba mi pelo y mi piel, cuando pensé en la altura de esa montaña sentí cómo si miles de polillas salieran de mi hígado. El paisaje era hermoso. Yo estaba parado en un pico de esa montaña, a mi parecer era la más grande del mundo. El barranco que estaba a mis pies me estremecía hasta las entrañas. Una leve brisa me hizo dar un paso hacia la nada... caí. Sabía que moriría, por eso cerré los ojos y abrí los brazos para disfrutar mis últimos segundos de vida. Me entregaba por completo al viento .Era la sensación mas maravillosa que había tenido, me sentía libre y nadie me quitaría ese privilegio de morir volando. Abrí los ojos para ver cuánto me quedaba de éxtasis, y una gran roca que sobresalía se acercaba a mi. Apreté los ojos con fuerza y sentí la colisión de mi cabeza con el peñasco. Pasaron unos segundos... todo estaba oscuro... ¿Era esa la muerte?... debajo de mi había un suelo, era suave como de alfombra. Seguí tocando, no entendía mi muerte. Me encontré con un palo...!Era la pata de mi cama! Sentí una gran felicidad al darme cuenta de que había sido un sueño, y sólo me había caído de la cama. Busqué el interruptor de la luz y la encendí, mientras mis pupilas se acomodaban a la luz, una mancha roja aparecía en la alfombra y ... mis sesos estaban dispersos en el piso.