La Luz.

La rutina de regresar a casa cada noche, lo mismo a diario, salvo por la neblina que era más espesa que de costumbre. Nunca supo si fue en una curva o mordió la banquina...

No importa cómo sucedió, es solo un detalle más. Lo extraño es que se veía ahí, sobre una camilla rodeado de médicos y enfermeras. Su cuerpo se estremecía con cada descarga eléctrica, y no sentía nada. Solo una hermosa sensación de paz.

Lo perdimos… escuchó que alguien dijo. Desconectaron todo.
Era agradable la tibieza que sentía en su cuerpo, giró y fue hacia un estrecho túnel oscuro. Vio a lo lejos una luz que parecía acercarse a él lentamente. Sintió que iba a traspasarla, pero algo o alguien se lo impedían.
Se esforzó... le costaba llegar. Una mujer jadeaba y se quejaba,

Cerró los ojos y sintió como unas enormes manos lo tomaban por la cabeza tirando de él.
De pronto la tibieza que lo rodeaba dio lugar al intenso frío, y no se animó a abrir los ojos. Sintió miedo y ganas de llorar.

No pudo contener el llanto y aspirando todo el aire que le permitían sus pulmones lloró con todas sus fuerzas.

Felicitaciones, es una hermosa niña… escuchó decir.

El Gato (Salem)